La respuesta

55 15 32
                                    


   David respondió luego de tres semanas. Me sentía ansioso de leerle, realmente no sabía muy bien porque, no podía contarle todo lo que ocurrió en estas tres semanas, Antonio no había vuelto a aparecer, esperaba, muy internamente que se mantuviera de esa manera, tenía su cofre en el segundo cajón del escritorio, había guardado mis prendas en él. Y solo por mero antojo me puse un collar con un crucifijo de madera y solo me lo quitaba para el baño o cambiarme.

No soy de usar muchas prendas, a menos que tuviera una justificación social poderosa, alguna fiesta que se yo, y estoy seguro que estar en contacto con unos vampiros era justificación suficiente, me coloqué un denario de madera en la mano derecha, aunque tenía años que no rezaba un rosario, pero solo por si acaso...

Como había dicho, David respondió mi correo. Una de sus yeguas falleció, Nanita y eso lo tiene muy triste. Dice que ha estado cuidando a Flecha desde entonces, y que esta también está muy triste porque no tiene a su hermana, también comentó que no se ha sentido bien, pero no sé a qué se refiere con sentirse bien, es decir, emocional o físicamente.

Noté su desgano al escribir, imagino que, por su propia tristeza, de alguna forma tampoco sentí deseos de responderle, menos con todo lo que recordaba había ocurrido.

No hubo nada significativo en su respuesta más que su agradecimiento por mis felicitaciones. Eso era todo y nada más...no sé por qué me quede por unos minutos más al leer esa respuesta tan deprimente, quizá era porque era deprimente, me sentía mal por él, por la muerte de Nanita. Sabía que David les tenía mucho apego a los animales, y que la respuesta fuera así de corta y desganada solo probaba que estaba muy afectado.

¿Hace cuánto tiempo había muerto Nanita? ¿era de verdad tan malo? ¿Estaría todavía muy triste? Esto equivaldría a como si se le hubiera muerto un familiar. Me quedé por un momento más hasta que me fue insoportable ya que comencé a recordar mi propia situación y no podia decírselo. Me creería loco.

Cerré el navegador, apagué el pc, y me fui a caminar. Quizá era un acto repentino, pero cuando me sentía de esta manera, me iba a caminar y caminaba sin más... Era una actitud que había adquirido luego de que me viniera a vivir con mis tíos.

Así que me bañé, y me vestí, hacia frio así que llevé una chaqueta y me calcé los deportivos, Bajé del apartamento y tomé la avenida principal para ir al centro, había luz y estaba plagado de personas. Me di cuenta que en un edificio había un anuncio de alquiler...y anoté el numero solo por si acaso. Deambulé por largo tiempo y visité algunas escuelas del sector, de primaria a segundaria y universidad, quería saber si buscaban profesores. Quería distraer mi mente de esto que estaba sintiendo. A pesar de todo lo que ocurría, yo seguía siendo humano, estaba vivo, tenía mis ambiciones, quería lograr mis metas...

Corrí unos kilómetros por la plaza del centro, por largo tiempo, hasta que me dio hambre, tomé el bus hacia el vecindario, estaba sudado, pero tenía frio a mas no poder y mis manos comenzaban a temblar, aunque no era un frio insoportable y luego de unos minutos me di cuenta que no temblaba, por frio. Yo sabía por qué estaba temblando, quería llegar a casa lo más pronto posible. Distraje la mirada por el vidrio del bus, me concentré en su avanzar y en leer el paisaje.

Cuando llegué al apartamento, me encontré con las compañeras de Macramé de mi tía. Eran cinco mujeres, mayores. Todas me conocían y me saludaron, al parecer se preparaban para ir al curso de Macramé dentro de unas horas, habían puesto hilo y sus materiales en la mesa de la cocina y parlamentaban con una jovialidad que llegué a envidiar.

Mi tía me vio pálido, de modo que me exhortó a bañarme y me dijo que viniera con ellas solo unos momentos. No sé si notó lo decaído que me sentía, pero le obedecí sin chistar. Lo hice, pero no me encontraba para nada animado. Ellas comenzaron a hablar de sus nudos y bolsos que lograban hacer en el curso, luego terminaron hablando de ellas mismas y sus problemas... ninguna de esas cosas me interesaba...

La melancolía del no vivo | Hetalia|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora