"LLUVIA DE LAGRIMAS" -ciel y tu-

XIX

—Lady MacQuoid buenas noches—

—joven Erine, un placer volver a verlo, clara ya está lista para partir; pero una cosa no quiero que llegue tarde a casa—

—no se preocupe, llegar sana y salva de ese bailé—

—nosotros estaremos en el baile más tarde, así que estaré vigilando a ambos—

     Cuando al fin pudimos alejarnos de la madre de Clara subimos al carruaje que nos esperaba para llevarnos, en todo el camino clara solo hablaba de lo emocionada que estaba por tal vez conocer a la reina y disfrutar de lo bello que era el palacio.

—pero tu padre es parte del parlamento, no se supone que conocen a la reina—me atreví a preguntar sobre la situación—

—mi padre, pero yo no he tenido la oportunidad de conocerla realmente—

—bueno cuando lleguemos al fin la conocerás y tal vez a algún chico que te llame la atención—

—pero que dices, chicos—creo que no debí de decir eso—

—mi querida Clara nunca esta mal que conozcas a jóvenes de tu edad—

—como tú digas—

     Al llegar una persona abrió la puerta del carruaje a lo cual yo bajé primero para ayudar a clara a salir, realmente todo era hermoso y clara no podía despegar su vista del inmenso palacio al igual que yo. Al entrar todo era aún más bello, personas bailando por el enorme salón mientras otros miraban.

     Al fondo del salón se encontraba la reina acompañada de más persona que parecían importantes, cuando sorpresivamente fui tomado del hombro topandome con un hombre alto el cual solo nos miraba hasta que clara hablo.

—querido padre—a lo que prosiguió a abrazarlo—me gustaría presentarte a mi acompañante, el joven Erine Spinster el dueño del Royal Opera House en el cual actuó—

—es un gusto poder conocerlo señor—

—he oído hablar mucho sobre sus obras joven Spinster, por desgracia no he podido apreciar ninguna de ella—

—en ese caso está totalmente invita a la siguiente obra, en la cual la señorita Clara será la principal—

—bueno dejemos las cosas del trabajo de lado, dejen y los presento con la reina—pense que solo clara la conocería pero al ser involucrado no perderia la oportunidad—acompañeme por aqui—

     Al llegar frente a la reina está conoció al padre de clara al instante, pero lo que no había notado es que las personas que la acompañaban, entre ellas se encontraba una chica que por un momento me sonaba conocida, está era resguardada por un joven y otra señorita. Cuando salí de mi burbuja la reina ya encontraba frente a nosotros a lo cual ambos realizamos una reverencia acto seguido el padre de clara nos presento a ambos, para después ambos retirarnos hacia donde las personas bailaban a son de la música de fondo.

—le gustaría bailar señorita MacQuoid—me atreví a decir, ya que por la expresión de clara se veía más que aburrida y asfixiada por las personas—

—seria un placer—

     Y nuevamente volvía a sentir la calidez que era disfrutar de un baile como los que tenía con mamá cuando me cuidaba y el como papá nos veía mientras yo intentaba seguir el ritmo de mamá. El baile que llevábamos ambos era tan armonioso que me sentía en la nubes la música que fondo era perfecta, la chica a la que acompañaba lo era igual, realmente agradezco el poder volver a sentir está calidez.

     Mientras nosotros seguíamos entretenidos en nuestro baile la música terminó dando paso a aplauso por todo el salón, y nuestra mirada se dirijio nuevamente hacia la reina tal y como todos los presentes lo hacían, cuando al fin la reina comenzó a hablar ante todos.

—sean todos bienvenidos a palacio, realmente espero que todos pasen una agradable velada, pero el motivo de este hermoso baile es para mostrar ante todos a quien en algunos años tomara las riendas del trono, ante ustedes la señorita ______ Eirene de Hanover, mi querida niña acércate—

     Ante lo último mensionado los susurros no se hicieron de esperar, solo podía ver las expresiones de todas las personas a nuestro alrededor unas llena de sorpresa, otros de envidia mientras otros solo llenaban de alagos a la que sería la futura reina. Cuando la chica en cuestión se posición justo a un lado de la reina no podía creer lo que veía, creí que el nombre ya era demasiada coincidencia pero era ella mi ______ realmente estaba viva y no era un sueño mío, estaba frente a mi.

—es un honor para mí estar aquí frente a todos ustedes esta noche—su voz era tan ligera que me hacía recordar a su madre—

     Realmente no podía contener mí felicidad de por fin a verla encontrado después de tantos años. Quería acercarme a ella lo antes posible, así que tome a clara de la mano y comenzamos a caminar hacia donde ella se encontraba.

—Erine porque tú inquietud de conocer a la señorita ______, no me digas que tu—justo en ese momento la interrumpí—

—te prometo que te contaré todo en cuanto lleguemos al teatro—

—confiare en tu palabra chico bonito—

—solo acompañe a conocerla más de cerca, por favor—

—te ayudaré—

     Así fue como clara nos acerco hasta donde se encontraba la reina y ______ las cuales terminaban de conversar con un joven de cabellos azabaches que parecía no quitarle la vista de encima a la pobre chica junto a la reina.

—mejestades me gustaría presentarle ante ustedes al joven Erine Spinster el dueño del “Royal Opera House ” de Londres—yo solo acerté a tomar la mano de la chica para dejar un pequeño beso y una reverencia a la reina—

—he tenido el placer de precenciar algunas de sus obras, pero mi querida sobrina no diría lo mismo—

—encantada de conocerlo, igualmente lady—

—perdoname, Lady MacQuoid para servirle majestad—

—algun día me gustaría poder apreciar alguna de sus obras, por oído de mi tía y algunos cercanos se su teatro es muy famoso por su ballet—

—eso es muy cierto, la estrella del teatro es la señorita a mi lado—solo podía sonreír, era claro que ella no me recordara, pero poder acercarme a ella de a poco era la mejor elección—esta invitada a asistir a cualquiera de nuestras próximas obra majestad—

—aceptare con gusto su invitación—

—nosotros nos retiramos majestades, fue un placer conocerla Lady ______—

—el placer fue mío y gracias por asistir, disfruten del resto de la velada por favor—

      En cuanto nos alejamos clara comenzó a bombardearme con preguntás.