XXII

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—deja tus juegos de lado y déjame ir—comenzaba a forzajear para liberarme de su agarré —

—porque he de dejarte ir, tu misma lo mencionas, eres el premio mayor—lo sentía acercarse a más a mi rostro—con mi inteligencia y conocimientos sobre el mundo podemos reinar este inmundo lugar—su rostro estaba a solo centímetros del mio—solo piénsalo querida—

—tienes una idea errónea de la sociedad que te rodea—un pequeño espacio era lo que los separaba en este momento, uno que ninguno se atrevía a romper —

—solo hundete conmigo—

         Esa era la palabra que sentenció sus acciones, sus labios sobre los míos tomando un beso demandante, por su parte sontenia mi rostro con una mano y mi cintura con la otra; acostada contra la pared del largo pasillo, que cada vez se hacía más grande

—tengo que detener esto pero una parte de mi quiere seguir, quiere caer en su mundo—no sigas, no soy capaz de seguir en tu juego—solte rápidamente al alejarlo de mi—

—tu mente y tu cuerpo saben que quieren seguir, ven conmigo, deja el palacio, la corona—

—su voz simplemente me parecía envolver—

—a dónde iremos tú serás la reina de todo, serás mi reina— esas palabras me hicieron caer en la realidad —

—si me voy sería traición a la reina, a mi familia—

—yo seré tu nueva familia, no te preocupes de los demás a tu alrededor —

—todo esto está mal, nunca debió de ser asi—ya no sabía lo que ocurría, solo sentía sus brazos rodeandome— nunca debí venir a este lugar —

—no tienes porque llorar, aquí me tienes a mi—

—simplemete quiero ser libre, volver a ser la de antes—

—ven conmigo y todo volverá a ser como antes—su voz comenzaba a dar vueltas en mi cabeza cada vez mas—solo tienes que decir una sola palabra —

      Todo comenzó a dar vueltas a mi alrededor, no sabía lo que estaba ocurriendo; pero de algo estaba segura el tenía que ver en todo esto. Con todas mis fuerzas logré salir de su insistente agarré, su mirada pedía en súplica que me quedara y mi corazón lo pedía a gritos, pero la conciencia y mis responsabilidades sobrepasan todo eso. No mire atrás solo seguí mi camino.

     Es increíble cómo una sola palabra puede destrozar tus defensas de la noche a la mañana.

     Cuando volví a regresar al salón mi tia ya se encontraba en el palco del trono, rodeada de una pequeña multitud, a su lado pude observar a esos dos hombres de blanco junto al hombre que ya había conocido como el primer ministro, mi mirada se dirigió a Danna la cual de igual manera parecía buscarme.

—donde se había metido señorita, la reina mando al mayordomo del conde y a mí a buscarla por todo el palacio—

—perdona mi imprudencia, no volverá a suceder Danna y perdón por preocuparte tanto —

—la acompaño a un retoque al tocador—

—estoy perfectamente Danna no te preocupes, debemos continuar con lo planeado— menciones tomando mi camino hacia un costado de mi tia—

—mi niña, todos estábamos preocupados por tu ausencia—la preocupación se notaba en cada palabra dicha—el conde y los mayordomos salieron a tu búsqueda —

—perdon por mi larga e imprevista ausencia querida tía, pero ya podemos continuar con todo—todo lo digo con una sonrisa perfecta —

     En el salón podía notar la mirada penetrarte de todos a mi alrededor, juzgado todos mis movimientos y acciones milimétricamente. Acaso nunca han visto a una señorita con corona junto a la reina. Mis ojos solo revolotean y brillan bajo las luces de las velas, lo que me permite arrastrarme hasta el suelo del salón de baile donde me sentía pequeña a lado de hombres y mujeres de alto estatus y poder.

     Cuando mi mirada regreso a la realidad logré notar a Ciel a mi lado saludando a las personas, el primer ministro se encontraba frente nuestro con más personas por lo cual tuve que poner los pies en la tierra y prestar atención a lo acontecido. La música que sonaba de fondo termino dando paso a las presentaciones, mi hora había llegado.

—sean todos bienvenidos a palacio, realmente espero que todos pasen una agradable velada, pero el motivo de este hermoso baile es para mostrar ante todos a quien en algunos años tomara las riendas del trono, ante ustedes la señorita ______ Eirene de Hanover, mi querida niña acércate—

    Este era el momento más importante de la noche y tras lo último mencionado los susurros no se hicieron de esperar, solo podía ver las expresiones de todas las personas a mi alrededor unas llena de sorpresa, otros de envidia mientras otros soltaban alagos y felicitaciones.

—es un honor para mí estar aquí frente a todos ustedes esta noche, agradezco a las personas que colaboraron con esta gran causa de este baile, la recaudación de fondos para las casas de alojo—no tenía que olvidar para lo cual fue creado el baile—

—es un honor para mí estar aquí frente a todos ustedes esta noche, agradezco a las personas que colaboraron con esta gran causa de este baile, la recaudación de fondos para las casas de alojo—no tenía que olvidar para lo cual fue creado el baile—

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     Listo ya todo estaba perfecto, el baile y la recaudación había comenzado, lo único que me preocupa esa la sola presencia de Ciel detrás de mi tal cual como su apodo dado por la reina cuidando cada movimiento mío como un perro a su hueso. Ver a todos bailando me cansa, pero también quiero ser participe de un vals, talvez mi tía pueda conseguirme una pareja digna de un baile.

—querida tía—llame con entusiasmo—seria prudente pedir un acompañante para un vals—

—no veo el problema en ello querida—la emoción se podía notar en su rostro—estan cientos de jóvenes hijos de condes, el primer ministro es un excelente bailarín y el joven conde a nuestro lado, sería una excelente pareja de baile —

—creo que preferiría bailar con el primer ministro en cualquier caso—

—querida el joven conde podrían bailar contigo sin problema, no es así conde—

—para mi no sería un problema majestad—mensiono acercándose a la reina—solo si la princesa me lo permite—

     Justo cundo estaba por resignarme a un baile con Ciel aparecieron frente a nosotros un par de jóvenes, que si no me equivoco debería de tratarse de la hija del primer ministro.

—mejestades me gustaría presentarle ante ustedes al joven Erine Spinster el dueño del “Royal Opera House ” de Londres— menciona tomando la mano para depositar un pequeño beso y una reverencia a ambas mujeres —

—claro que tenido el placer de precenciar algunas de sus obras, pero mi querida sobrina no diría lo mismo—

—encantada de conocerlo, igualmente lady—

—perdoname, Lady MacQuoid para servirle majestad—la observé haciendo una pequeña reverencia—

—algun día me gustaría poder apreciar alguna de sus obras, por oído de mi tía y algunos cercanos se menciona que su teatro es muy famoso por su ballet—

—eso es muy cierto, la estrella del teatro es la señorita a mi lado— haciendo un ademán con las manos y sonriendo a la señorita a su lado—esta invitada a asistir a cualquiera de nuestras próximas obra majestad—

—aceptare con gusto su invitación—

—nosotros nos retiramos majestades, fue un placer conocerla Lady ______—

—el placer fue mío y gracias por asistir, disfruten del resto de la velada por favor—

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⏰ Última actualización: Jun 17 ⏰

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"LLUVIA DE LAGRIMAS" -ciel y tu- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora