El Pilar de la Llama

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¡Dime que te convertirás en un demonio, si no lo haces morirás!

Grito con aquel brazo clavado en el pecho del pilar, el sol estaba próximo y el espadachín casi muerto, solo el brazo impedía que muriera de una hemorragia. Akaza miraba a los ojos del cazador, esos ojos que destellaba convicción, determinación y... humanidad.

....................

???: ¡No vas a huir!

La luna superior intentó quitarse al espadachín de encima, la espada del pilar de la flama había tratado de cortar su cabeza, pero con el uso de su fuerza detuvo la hoja.

..................

Era demasiada la pérdida de sangre, de rodillas allí en el suelo Kyojuro miraba como el cazador gritaba en dirección al demonio.

¿Había perdido?

No.

Rengoku Kyojuro había cumplido con su trabajo, nadie había muerto bajo el cuidado de su espada. Cumplió su promesa.

¿Tenía miedo de morir?

Si, eso era obvio pero su miedo era mayor el dejar solo a su padre, él ya había sufrido con la muerte de su madre. Tenía miedo de dejar solo a su hermano menor.

???: Lo siento...-murmuró para si mismo.

Rengoku-san!"

Levanto la mirada de su único ojo, 2 cazadores estaban presentes, los pasajeros del tren estaban ilesos. Pronto llegaría la ayuda.

Rengoku: Kamado Shonen.

No le había podido enseñar nada, era un pésimo maestro. Solo podía darles palabras de aliento, de seguir adelanta y proteger a los débiles de los demonios. De caer y levantarse.

"¿Lo hice bien mamá?"

Una calidez invadido poco a poco su cuerpo, un sentimiento de amor y libertad.

Pronto... su vista se hizo borrosa, su cuerpo pesado y la luz del amanecer se apagó delante de él.

La oscuridad invadido su ser, invadió cada sentido y le inutilizo. Una manera de sensaciones letargica le invadía y el deseo de gritar era presente, la falta de aire y las nauseas por el mareo, la presión de sus pulmones al querer explotar en llamar el aire de nuevo.

Abrió los ojos de golpe, la luz lleno su cara y el sol cegó su vista. El canto de las aves, el viento soplando de manera plácida sobre su cara...

Todo eso le hizo saber que aún estaba vivo.

Pero........

Lo que había ante sus ojos era diferente.

El bosque yacía aun lado de él y del otro lado una planicie se extendía, un camino y el cielo azul se extendían.

¿Qué había pasado?

Toco su cuerpo en busca de respuestas, aquel golpe de muerte que la luna superior le había propinado y provocado su muerte no estaba.

Rengoku: ¡¡¡Kamado Shonen!!!

Busco con la mirada a los cazadores que se habían unido a él en su misión.

No había nadie.

Decidió levantarse del suelo, sacudió sus ropas y decidido comenzó a buscar respuestas.

Aquel camino se extendió hasta donde sus ojos le permitían, se sentía raro recorrer un camino que jamás en su vida había visto, el lugar... el transcurso del tramo que recorrió era tan tranquilo.

Tres Cazadores y un Demonio en EostiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora