Capítulo 9: El Único Enemigo

1.6K 142 25
                                    

E. Aster Bunnymund

Perdí la noción el tiempo mientras corría y me escabullía entre túneles a lugares al azar, debía asegurarme de que Pitch no me seguía, no debía pelear. No ahora. No podía permitirme caer ahora, Norte estaba afectado por su batalla, Hada estaba herida, y Sandman... ya no estaba. También estaba el problema de Jack, todo este tiempo pensé que estaba con Pitch, ¿habré visto mal? Pero, su mirada... me pedía ayuda, no se parecía al Jack que conocía o por lo menos recordaba, esté parecía demacrado, abatido, ¿qué pasó todo este tiempo? ¿Cuánto tiempo llevaba así?

Detuve mi escape al notar que el sol se pondría pronto, era hora de regresar al Santuario, la noche era el peor escenario posible si Pitch me encontraba. Abrí un último túnel que llevaba a mi hogar, a pesar de eso, me sentía inseguro, ¿en verdad le había perdido el rastro? Baje la mirada a las pequeñas hadas y los tubos dentales que había logrado recuperar, me enoje ligeramente, era muy poco en comparación a lo que Pitch había robado, me sentía frustrado, había huido, dejando atrás a Jack y las pequeñas hadas, ¿por qué no pude haber hecho algo por ellos?

El chillido de las haditas me sacó de mis pensamientos, las miré y parecían preocupadas, no había notado que mis pensamientos se reflejaron en mi rostro, e intenté relajar mi ceño. No servía de nada pensar en eso ahora, Pitch se alimentaba del miedo, tener pensamientos negativos solo agravaría la situación en la que nos encontrábamos, debía ser fuerte, no debía caer.
Sonreí a las pequeñas para evitar preocuparlas más, abrí la jaula para dejarlas salir, pero ellas no volaron, se quedaron dentro, no parecían heridas, algunos golpes por el camino que recorrimos, pero podían moverse.

– ¿Les duele algo? ¿Se lastimaron las alas? –  Pregunté algo confundido, pero ellas negaron y me mostraron sus alas, parecían apagadas, no estaban rotas ni nada por el estilo, pero no eran capaces de moverlas, volví a fruncir el ceño ligeramente, ¿Pitch les había hecho algo? – Hada podrá hacer algo, se alegrará de verlas. –  Dije intentando calmar de nuevo mis emociones.

Las pequeñas chillaron emocionadas y aliviadas de escuchar el nombre de mi compañera, por lo que me dirigí a la cueva donde descansaba, deseando mentalmente que no hubiese desaparecido como Norte. Por suerte mi preocupación se dispersó al verla sentada juntó a sus haditas sobrevivientes, mientras un par de mis ayudantes las acompañaban. Al vernos, hizo un ademán de querer venir a nosotros y yo levante la pata en señal de que no lo hiciera.

– No te esfuerces demasiado. –  Indiqué mientras me acercaba, me puse a su lado y le entregué a sus compañeras.

– ¿Están bien? –  Preguntó preocupada y aliviada de tenerlas de regreso, las sacó de la jaula con cuidado y lloró del alivio.

– Lo siento...– Dije con un tono triste. – No pude rescatarlas a todas. –  Mi disculpa le hizo limpiar su rostro y mirarme.

– Está bien. –  Respondió. – Por lo menos sé que están a salvo. –  Las pequeñas hadas se reunieron con sus hermanas y se abrazaron entre sollozos. Hada las miró con alivió, y antes de dejarla hablar, me levanté.

– Curaré tus heridas. –  No estaba preparado para hablar, mis ideas aun no estaban claras ni organizadas, no sabía por donde iniciar. No escuché una respuesta por su parte, así que acepté su silencio como tal.

Tenía que darles la noticia de Sandman, lo habíamos perdido, Pitch se había fortalecido todo esté tiempo, ¿qué demonios estábamos haciendo? Fuimos vencidos con tanta facilidad, y no era gracias al apoyo de Jack, ni siquiera parecían trabajar juntos, entonces, ¿por qué nos derrotó? ¿Tan débiles somos? ¿Por qué regresó? Se supone que lo habíamos sellado, alguien tuvo que liberarlo, ¿desde cuándo estaba planeando esto? ¿Estaba solo en esto? Realmente nos odiaba, y pude sentirlo de primera mano, pero era nuestro trabajo, nosotros debemos proteger a los niños. Sí, es cierto, nuestro deber son los niños, traerles esperanza, proteger sus memorias, sueños e ilusiones, ese es nuestro trabajo y debíamos cumplirlo.

Mía Es Tú Libertad - Secuela Donde viven las historias. Descúbrelo ahora