“Supe que ser amado no es nada. Que amar, en cambio, lo es todo”.
- Hermann Hesse (1877-1962).Era una mañana gris en Seúl, las calles de la ciudad estaban en completo silencio... La población aún estaba en shock por lo que había ocurrido tan solo un par de días antes. En el Hospital General se ve a dos uniformados caminar a paso lento y seguro por los pasillos, sus miradas buscan a alguna enfermera que pueda ser de ayuda... Hasta que encuentran a una mujer que descansaba en el suelo.
- Disculpe... Queremos saber en qué habitación se encuentra la señorita Jeon TN -dice uno de los oficiales con un tono amable, pero sin cambiar su fría expresión del rostro.
- Lo lamento, aún no es horario de visita -responde la enfermera mientras se pone de pie.
- Somos oficiales de la policía, necesitamos tomar la declaración de la señorita Jeon -explica el otro uniformado.
La enfermera duda un poco sobre que debería hacer, debido a que sabía a la perfección que la mujer no estaba en condiciones de recibir visitas pero, por otro lado, tampoco podía reusarse a cooperar con el cuerpo policial, así que termina cediendo y guiándolos hacia la habitación. Allí ven a una mujer recostada sobre la cama, con la mirada fija en algún punto del techo e inexpresiva.
- Señorita Jeon... Buenos días... Soy el oficial Choi y él ese el oficial Lee -comienza diciendo uno de ellos- estamos aquí para hablar sobre lo que sucedió en el Banco...
Ella, sin decir palabra alguna, se sienta en la cama... Los uniformados solo la observan con detenimiento... Era una mujer bonita de pelo castaño y ojos oscuros como la noche, pero tenía ojeras exageradas y la mirada perdida.
- Está bien -dice la mujer a cabo de un tiempo, sin expresividad alguna- les diré todo lo que recuerdo, será mejor que tomen asiento.
Los hombres se sentaron en la cama vacía junto a ella y comenzaron a grabar el audio para luego hacer la transcripción.
- Era de mañana... No recuerdo bien la hora, supongo que fue alrededor de las ocho cuando mi padre me pidió que haga unos trámites en el banco... Así que fui... Estaba haciendo la fila, cuando las luces se apagaron y comenzó a sonar una alarma... Al principio creí que era una alarma sísmica -dice con una pequeña sonrisa, que desde lejos se notaba lo forzada que era-... Pero las puertas del banco se cerraron y allí supe que algo iba mal... Unos hombres encapuchados salieron de atrás... Supongo que de algún depósito o algo... Estaban armados.
- ¿Armados? ¿Recuerdas cómo eran las armas que utilizaban? -pregunta el oficial Lee.
- No... Digo... Eran normales supongo -dice TN mientras se encoje de hombros- como las que usan ustedes.
- Mhm... Comprendo -agrega el oficial Lee- continúa, perdón por interrumpir.
- Todos nos acostamos sobre el suelo... Supongo que por algo de sentido común, ninguno de los atacantes lo había pedido... Estuvimos así bastante tiempo, no podría decir cuánto con exactitud porque en una situación así... Uno pierde el control del tiempo.
Ambos escuchaban atentamente las palabras de Jeon y no podían evitar reaccionar con sorpresa, debido a que no mostraba miedo alguno, aunque podía ser debido al shock... Su mirada no expresaba emoción alguna.
- Luego de un tiempo un niño comenzó a llorar, al principio nadie le dio importancia pero los delincuentes comenzaron a desesperarse... Apuntaron al niño con un arma y éste comenzó a asustarse más... Por un impulso yo me interpuse entre el hombre y el pequeño... Luego me dijo que no tenía problema si quería salir herida en su lugar... Y me apuntó con su arma en la cabeza. En ese momento se escuchó como la puerta trasera se abría, los delincuentes entraron en pánico... Pero no me soltaban.
TN hizo un breve silencio, tragando saliva en seco... No se había detenido a pensar con cuidado sobre todo lo que había pasado.
- El hombre era un oficial de policía, pero por alguna razón entró solo -continúa ella algo confundida.
Los oficiales comparten miradas, sabían de quién hablaba... Ese oficial había entrado cuando vio que ella estaba en peligro, a pesar de que podría traer graves consecuencias.
- Ese hombre... Tenía la cara cubierta, solo podía ver sus ojos pero... Esa mirada transmitía tanta paz -dice ella, dejando ver una pequeña sonrisa en sus labios.
En ese momento, los uniformados comprendieron porque el rostro de la señorita Jeon se iluminó... Se había enamorado de aquel oficial que salvó su vida.
- Él se acercó, el delincuente que me tenía inmóvil le advirtió que dispararía si se movía... Pero el oficial solo dijo que tenía armas falsas... Los asaltantes comenzaron a entrar en presión, todos los rehenes salieron corriendo... Pero...
- ¿Pero? -pregunta el oficial Choi.
- El hombre que me tenía... Sacó una navaja -continúa narrando, en un tono tranquilo pero bajo- me la puso justo aquí -señala su garganta- estaba aterrada... Luego no recuerdo mucho... Lo último que tengo en mi memoria es caer al suelo, sentir como la sangre se deslizaba por mi garganta... Y lo vi a él... Me sostuvo en sus brazos y su mirada me transmitió tranquilidad.
- ¿Tranquilidad? ¿Te estabas desangrando y sentiste paz al ver a un oficial con la cara cubierta? -pregunta el oficial Lee sorprendido.
- Pueden decir que es una locura -agrega ella con una tímida sonrisa- pero en ese momento tan desesperante y aterrador... Él me dio paz.
Los uniformados se miran entre sí y no pueden evitar soltar una pequeña risa, les causaba ternura lo que el aparente "amor a primera vista" podría causar en una joven universitaria.
- Por cierto... ¿Cómo se llama el oficial que me salvó? Quiero agradecerle.
En ese momento la sonrisa se eliminó de los rostros de los oficiales, sabían que no podían decirle la verdad así que optaron por realizar una pequeña mentira piadosa.
- Sobre aquel compañero nuestro... No podemos revelar su identidad, no lo permite el reglamento -miente el oficial Choi.
- Oh, lo entiendo -responde TN algo decepcionada.
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Aquel extraño hombre [¿Namjoon? y tú/TERMINADA]
FanficMuchos especialistas aseguran que no existe algo como el amor a primera vista, pero es algo que todos hemos experimentado alguna vez en nuestra vida... Y, a pesar de ser conscientes que probablemente nunca lo volveremos a ver no podemos dejar de pen...