El parpadeo del espadachín.

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Narra (TN)

Mi padre ha sido muy generoso, definitivamente este será el mejor cumpleaños que tendré, por fin tendré a mi única familia de vuelta...

Mi padre preparó un té especial, el lo llama "el té divino" es una receta vieja de los Akahoshi, se dice que este ayuda a la recuperación y la purificación del alma y el cuerpo físico, siempre es una experiencia mágica beberlo, no es porque sea una receta ancestral pero este té si que es diferente a otros.
Compartir recetas Akahoshi está prohibido según mi padre, yo siempre he respetado esa voluntad ya que pienso que es para honrar a nuestro difunto clan, pero debo admitir que me gustaría poder salir a venderlo a mi pueblo, estoy segura de que le haría mucho bien a todos en la comunidad.
Por ahora me conformaré con el "té de estrella" que vendo, es muy similar al té divino, solo tiene un ingrediente de diferencia, el té de estrella no lleva la flor de Akahoshi, nunca he visto una en el bosque pero cuando mi padre sale a cazar o por vegetales silvestres por varios días siempre regresa con una o con 2 que es más que suficiente para hacer al rededor de 22 tazas de té ya que se mezcla con otras hierbas.

- El té está delicioso como siempre papá, gracias por tomarte el tiempo de prepararlo. Y le sonreí.

- Es un placer, hija. Recuerda que es importante mantenernos apegados a nuestras tradiciones y conocimientos, algún día te llevaré a recolectar flores de Akahoshi conmigo, y... lo lamento mucho...

Lo miré con confusión.

- ¿De que hablas papá?. Y tomé un sorbo de mi té mirándolo atentamente.

- Lamento... Yo lamento todos los años que perdí inundado en el alcohol... Yo pude ser un mejor padre, uno como el que mereces.

Yo me quedé anonadada, solo sentí un par de lágrimas llegando a mis ojos.

- Eso no importa padre, todos los días aunque bebiste día y noche no hubo un solo día en el que no aportaras nada para nosotros, siempre ibas al mercado y yo al regresar de trabajar veía la despensa sobre la mesa mientras tú yacías dormido en alguna silla o sillón...

El me miró también con algunas lágrimas en los ojos.

- Tu sembraste el árbol de cerezo que hoy adorna la casa del abuelo, nuestra casa, me enseñaste sobre la flora y fauna del lugar, y aquellos días que no te levantabas de lo mal que estabas siempre me esperabas en la entrada de la casa sentado y recargado contra la pared, y me preguntabas de forma casi inentendible. "¿Qué tal el trabajo, hija?" No hubo un solo día que mi padre no estuviera conmigo, pero lo único diferente hoy es que veo renacer tu verdadera esencia.

Me acerqué a él y le di un beso en la mejilla y lo abracé, el me abrazó de igual manera, era un momento precioso, creo que mi padre comenzaba un nuevo capitulo en nuestras vidas.

- Te voy a entrenar hija, vas a aprender la respiración de la luz, la respiración que viene de la familia.

Mi corazón latió fuertemente.

- ¡SÍ!. Grite con mucha alegría.

Mi padre se separó de mi y me acarició el cabello unos segundos.

- Empecemos ahora mismo. Dijo con un tono y voz más seria.

- ¿A... Ahora? Está bien padre si te parece lo mejor no tengo objeciones.

Regresé a mi lugar y seguí bebiendo mi té.

- Es una buena oportunidad, el té hará las cosas mucho más fáciles, así que deja un poco antes de terminar.

Confundida, e intrigada hice caso a su instrucción, pude notar que el también dejó un poco de té.

- Vas a beber lo último del té, pero antes lo retendrás en la boca y harás 15 respiraciones profundas antes de tragarlo, lo haremos en sincronía agarrados de ambas manos y ojos cerrados. ¿Entendido?

La luz que me iluminó. (Giyuu Tomioka x reader, Novela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora