Cap. VI

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Francia.

Hoy son las audiciones.

Hoy son las audiciones

Hoy son las audiciones.

Deja de repetirlo, eso solo te pone más nerviosa.

Pero no puedo dejar de repetírmelo ¿Y si sale mal? ¿Y si no me dejan entrar a la banda?

¿De verdad quiero hacer esto?

¡Esto es estresante!

¿Quién me dijo que era buena idea hacer esto?

Lo golpearé hasta que se arrepienta.

Relájate mujer, respira.

Respiro a conciencia repetidas veces hasta que logro calmar mis pensamientos, estoy más que nerviosa, podría simplemente no ir a clases hoy o simplemente no participar en las audiciones.

—Fran, se te hace tarde, tienes que desayunar antes de salir—me habla Charlie al otro lado de la puerta de mi habitación,

—Ya voy.

Salgo de la cama de un salto y me voy a dar una ducha rápida, me demoro menos de 10 minutos y elijo mi ropa, unos jeans con un corte en la rodilla, un crop top negro con escote en forma de corazón y un cardigan verde a cuadros que es más de decoración que para abrigarme, me calzo mis converse verdes y dejo mi cabello suelto.

Salgo de mi cuarto y bajo a la cocina.

—Que guapa estás—dice Charlie al verme.

— Igual que siempre— digo moviendo mi pelo.

—Tan humilde que eres.

—Sabes que es broma Charlie—digo sentándome en la isla de la cocina para desayunar.

—¡Francia!

—No me digas así— le digo molesta.

—No te diría así si no te estuvieras comiendo las uñas como si fueras una termita y tus uñas madera.

¿Me estaba comiendo las uñas?

Si, me miro las manos y tenía una en la boca, ahora tengo las uñas tan cortas que duelen un poco.

—Es que estoy nerviosa, ni siquiera me había dado cuenta— digo tomando mi cabeza con ambas manos.

—Todo va a salir bien Fran, eres una excelente cantante—dice sonriéndome— no tienes nada que envidiar a las famosas esas, cantas igual de bien y hasta mejor.

—¿Me has escuchado cantar?—digo con pánico.

—Niña no cantas lo que se llama despacio, esos conciertos que haces en tu cuarto se escuchan en toda la casa— se ríe de mi expresión— pero gracias a eso descubrí a mi cantante favorita, eres muy buena Fran.

Me sonrojo mucho, nunca me imaginé que Charlie me había escuchado cantar y menos pensé que me iba a decir algo así.

—Gracias— digo en un susurro.

—No te avergüences, te conozco desde que tienes 2 años y te he visto hacer cosas por las que sí deberías avergonzarte, como cuando tuviste un hámster, lo bañaste y lo dejaste durmiendo en el patio.

—Tenía 5 años— me defiendo— nadie me dijo que se iba a morir de frío, además era verano.

—Si, si, lo sé, pero eso es vergonzoso—puntualiza—cantar como lo haces debería enorgullecerte no lo contrario, tienes un talento, no lo escondas del mundo.

Canta ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora