Canta Conmigo

Cap. IX

Francia.

David, no había pensado en mis problemas con él desde ayer en la tarde, pero la forma en que me miró hoy, la decepción se veía de lejos.

Las intenciones que tiene de hablar en el almuerzo son una simple máscara para poder retarme, solo quiere sacarme en cara que Oliver es una mala persona, que no lo conozco lo suficiente, que soy una irresponsable, que no le contesté las llamadas ni los mensajes, que soy una mala amiga, que lo dejo solo, lo estoy cambiando por mis nuevos amigos....

Deja de pensar.

Francia, eres mayor de edad, vives prácticamente sola, es tú mejor amigo y el chico que te gusta pero no por eso tiene derecho a recriminarte nada.

Estoy mal de la cabeza, ¿Cómo puedo decir que David me gusta luego de haber estado así con Oliver?

No se que hacer.

......

El día pasa lento y siento que Pepper me habla pero yo no la estoy escuchando realmente, es como si estuviera en una burbuja.

El estar con Oliver solo fue cosa del momento ¿verdad?

Pasó porque él es muy atractivo y solo tuvimos ¿ganas?

¿Por qué me pregunto todo esto ahora?

Lo podría haber hablado anoche con Oliver, dejar las cosas claras, trazar los límites que debemos respetar ahora....

Si, fue algo del momento, nunca más hablaremos de eso y tampoco se volverá a repetir.

—Francia— escucho que me hablan fuerte.

—¿Si?— digo atontada.

—¿Estás bien?— dice Pepper— has estado todo el día distraída.

—Estoy bien, solo tengo muchas cosas en la cabeza...

—¿Te arrepientes?— dice Oliver

No había notado que estaba aquí.

—¿De que?— digo sin prestar atención

—De lo de ayer— dice serio.

— Yo...— no logro terminar la frase cuándo llega David a nuestra mesa molesto.

—Bella— suspira— ya es hora de almuerzo, ¿podemos hablar?

— Supongo que sí— digo levantándome lentamente.

—Llévate tu almuerzo, no has comido nada hoy— escucho que dice Pepper, pero cuando me doy cuenta ya estoy en el patio.

—Bella— rompe el silencio y se ve decaído— quiero que arreglemos las cosas entre nosotros.

—Yo también— digo sinceramente— pero últimamente has estado muy alterado, te molesta que tenga nuevos amigos, y te comportas muy intensamente...

—Fran— me interrumpe— si quieres tener nuevos amigos está bien, es solo que... siento que me estás dejando de lado por ellos, todos tus horarios giran en torno a ellos, no hemos tenido un tiempo real para hablar desde que llegaste de la casa de tú papá y ya ha pasado casi una semana...

—David— digo mirándolo fijamente— eres mi mejor amigo y ni la distancia, ni el tiempo, ni nada en el mundo va a cambiar eso. Tuve inconvenientes en los últimos días y por eso no pude pasar tiempo contigo. Necesito que seas un poco más comprensivo en el sentido de que tengo más amigos, así como tú también tienes más amigos, además, si los conocieras... te caerían bien...—siento que nada de lo que digo tiene coherencia.