CANTO INCLEMENTE DE LA MUERTE PT. II

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¡Ten piedad! Es el canto del ánima afligida

Que en su desespero por un descanso exclama,

Esta agotada y vilmente condenada

A un exilio autoimpuesto por el ser que la posee,

El nómada convertido en hombre afirma e impone

¡Esta es mi vida! Y la vivo según mis deseos,

Mas se hace ignorante de los designios del destino

Los que se ciernen sobre su libre albedrío,

Que no es más que un consuelo,

Una ilusión de responsabilidad efímera a sus acciones,

Un aliento para sus temores

Que asechan en los rincones de su inconsciencia,

Negándose a sí mismo la iluminación de una verdad certera,

Y ¿Qué es más absoluto que la muerte?

¿Hay algo más que la línea sin retorno de la materia?

¿Después del final de la vida que se encuentra?

Preguntas que circundan la mente y sobrepasan la comprensión,

Un enunciado siempre ha sido único y verídico,

Oculto para su razón y dándole el poder de ser su yugo,

De ser un esclavo que se deleita en el almíbar de las mentiras,

Las más dulces y tentadoras,

Que nublan su consciencia y se niega las respuestas que tanto anhela,

A esas preguntas que martillan sus entrañas

Y castigan a su alma martirizada.


Las preguntas son inconmensurables como la vastedad del universo,

Inmenso, imponente y avasallante,

Para una vida atormentada y rebosada de cuestiones,

Las que usualmente se halla declamando en una prosa sin ritmo ni secuencia,

Porque solo los gritos pesarosos de su alma abatida

Logran conectarse al manto celestial del espacio-tiempo,

Solo en el instante, en el momento final del que tanto se rehúye,

El alma del hombre descansa,

Se imanta al cosmos de la mortalidad de la vida,

Recibe el abrazo de una muerte esperada,

Porque ese ha sido su hogar o su destino final.

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.

.

"La finalidad de la vida repercute como ecos sonantes en la muerte,

Una siendo indisoluble de la otra, una verdad que el hombre teme,

Porque el impulso para vivir se haya en la finitud de su vida,

Pero que atormentado vive por la terminación de la misma,

Rehuyendo a un hecho único y cíclico en la vida de cada ser vivo.

Por ello, la muerte no es más que otro momento,

Otro instante que se vuelve eterno, no es más,

Que la terminación de lo que el destino ha designado para cada ser"


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Thanatos © PoemarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora