Una voz incesante
Grita inexorablemente desde el fondo del averno
¡Atentos a los suspiros dulces y traicioneros del mana de vida que del ser brotan y germinan en ecos de alabanza a su perpetrador!
Los cantos son perennes e imperecederos,
Imparables y ruidosos desde la lejanía,
No se halla la armonía entre las notas
Que conforman la melodía cruel y embustera,
Desafinados y estridentes se perciben
Y quien pueda oír la sinfonía ensordecedora
Se preguntará ¿Cómo el cuerpo que allí reposa puede continuar en el anhelo de Morfeo?
Se debe a que el cuerpo que levita tan caluroso y cómodo
En medio de una cuna de plata
Tan única y propia, tan suya y creada a semejanza
Para que no exista coyuntura alguna
Que perturbe el letargo del ser obnubilado,
El cantico emitido por el verdugo al que pertenece
Al rebotar contra las paredes de su lecho y crisálida
Resuenan en el interior como una tonada meliflua para el alma,
Deleitable para el ser desfallecido y anulado,
Que en el delirio del sueño se encuentra.
La voz convertida en música
En una canción que ha sido aceptada por el alma
Como agradecimiento a la salvación brindada,
Luego de su caída convertida en renuncia,
Que hincada sobre el suelo terroso
Donde se encuentran los cristales triturados
Del trueno fulminante de su espíritu,
Rebasado de melancolía y desventura
Murmuraba en decibeles destemplados
¡Misericordia, a la desintegración brumosa que el ser acepto en el afán de devoción!
Porque la condena que ahora es ensueño
No fue forzada ni manipulada,
Fue un conceso engañoso de lo mundano,
Una renuncia contemplada como descenso a lo diáfano,
Proveniente de una resignación parcial
A la autodestrucción ansiada,
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Thanatos © Poemario
PoetryLa representación del impulso destructivo que se alberga en el ser, que en compañía con la oscuridad se cierne sobre el alma ... La pasión de un fragmento de vida © Thanatos