LA CONDENA DEL DOLOR

25 6 0
                                    


El dolor suspendido se encuentra

Borrosos son sus límites,

Se halla entre la plenitud y la decadencia,

Aguardando al amparo de la sombra

Como una morada que lo retiene, pero no lo aprisiona,

Lo resguarda y lo revitaliza

Hasta su escena final,

En donde su reencuentro con el alma

Tan desconocida como familiar,

Una amiga que a su encuentro llama,

Pero rehúye ante las primeras lagrimas derramadas,

Aún así, es una reunión esperada

Que sacude los cimientos levantados,

Impermeabilizados con el discurrir del tiempo,

Sólidos y rugosos, inestables en su fuerza,

Que buscan permanecer por más tiempo del contado.


Aniquilación es todo lo que en el aire queda

Los cimientos no resistieron

Cayeron por su propio peso,

No soportaron los azotes de los vidrios cristalizados,

Ahora hay un reflejo que desfigurado llora,

Se enciende y recorre la piel

Para lastimarla a su paso,

Para presentarse como un viejo conocido

Tan indeseado como odiado,

Llega a impregnar lo que encuentra a su paso,

Siendo incomodo y constante,

Despreciable por ocultar la luz que hasta hace poco era cálida,

Robándole el fulgor a una sonrisa

Que desconsolado esta,

Los colores se mezclaron con el agua,

Y ya no es más que un gris pálido.  


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Thanatos © PoemarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora