Peach después de ver como Mario terminaba cautivado por una nueva chica, buscará seguir adelante sin pensar en el amor, pero... ¿Qué sucederá si ella llegara a enamorarse nuevamente?
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Pasó alrededor de medio mes, yo me llevaba bien con Junior, pero con Boosette no se podía decir lo mismo y mientras Bowsette también había cambiado un poco, pues ya no era tan cariñosa o tan apegada como antes
No sabía que error había cometido, pensé en quizás confrontarla directamente... Pero la verdad tenía miedo
Finalmente me decidí y le pedí a Toadbert que buscara una nave por si las cosas salían mal
Ese día salí de mi habitación y me dirigí directamente a la sala del trono donde se encontraba Bowsette
- Bowsette... Quiero hablar contigo -
Ella me miró desinteresada y al mismo tiempo asqueada
- ¿Qué es lo que quieres? - Preguntó cómo si fuera yo la persona más odiosa del mundo
- ¿Por qué razón me apartas? - Pregunté
- No te estoy apartando... - Respondió
- Bowsette... Desde que llegaste a este lugar, me tratas como si lo nuestro fuera solamente una broma... ¿Por qué me miras tan aborrecida de mi presencia?... ¿Acaso quieres que me valla? - Pregunté
Ella no contestó ni una sola pregunta, simplemente se levantó y me miró
- Contéstame... -
- Yo... Quiero que te vallas - Respondió
- E-Está b-bien... P-Pero... Que quede en claro que tu fuiste quien decidió dejarme... - Aguantando las lágrimas como podía fui directamente a mi habitación y empaqué todo
- Princesa Peach... ¿A dónde vas? - Junior había entrado a mi habitación si hacer algún ruido
- M-Me... Voy a casa... P-Perdon pero... Algo pasó allá... - Respondí
La niña me miró con preocupación, yo simplemente tomé mis maletas y me fui caminando rápidamente del castillo
Cuando salí vi a Toadbert afuera de este junto con una Odisea roja bastante peculiar
- P-Princesa... Usted está... - Toadbert se preocupó al verme llorar
- V-Vamonos... N-No quiero estar aquí... - Respondí
Subimos las maletas, entramos a la odisea y Toadbert se puso a manejarla mientras yo intentaba calmarme en uno de los sillones
- (Si me hubieras dicho que no te agradaba... Agh... ¡¿Qué hice mal?!) - Mis sollozos afortunadamente eran bastante pequeños, así que no molestarían mucho a Toadbert - (Me dijo que me amaría sin importar lo que sucediera... Quizás no debí doblegarme por ella tan pronto... ¿Soy tan débil?) -
Luego de unos minutos llegamos a una especie de playa
