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Narrador Omnisciente

Finlandia estaba empezando a preocuparse por ______. Ya eran las siete de la tarde y se había ido a las 8 de la mañana. Tal vez le había pasado algo.

—Bror, bare rolig. Hun vil klare sig. Du ved, han er en stærk person, husker han, da han slog Island voldsomt og troede, at det var en tyv, der kom ind i huset. (Hermano, no te preocupes. Ella estará bien. Ya sabes, es una persona fuerte, recuerda cuando le pegó tremendo puñetazo a Islandia pensando que era un ladrón que entró a la casa.) —intentó tranquilizarle Dinamarca, al ver como paseaba de un lado a otro.

—Hän ei välitä minua. Itse asiassa en tiedä mitä minulle on tapahtunut viime päivinä. Tunnen suojelevani häntä, siitä, että hän on rinnallani. (Ella no me preocupa. En realidad, no sé qué me ha estado pasando los últimos días. Siento una sensación de protegerla, de tenerla a mi lado.)

Dinamarca supo al instante que le pasaba a su hermano. Él también tuvo esa sensación con Andorra. Sí, no tenían nada que ver entre ellos, pero así empieza todo, ¿no?

El teléfono móvil de ambos países nórdicos sonó, indicando un mensaje. Era de ONU, en el que decía que tendrían una reunión al día siguiente.





(...)





_______

Vamos, respira, tranquilízate. Respira. Respira.

Estaba asustada. Demasiado asustada. Tal vez como nunca en mi vida.

No podía respirar, me estaba atragantando a saber con qué cosas.

Una opresión en el pecho apareció, recuerdos tristes de mi vida aparecieron en mi memoria, causándome ganas de llorar.

Me empecé a marear, el suelo empezaba a moverse muy rápido, me senté rápidamente en el sofá, esperando que esas sensaciones se fueran.

—Respira, tranquila. Uno, dos, tres, cuatro —me dije a mí misma.

Las lágrimas no tardaron en aparecer.

No sabía lo que me estaba pasando. ¿Acaso era un ataque de ansiedad? No podía pensar con claridad, escuché como alguien me llamaba en la lejanía, mi vista se volvió borrosa...



Desperté con un sobresalto.

Solo había sido una pesadilla. Menos mal.

Con pesadez miré la hora en mi teléfono.

Mierda.

Iba a llegar tarde a la reunión con la ONU, y seguramente Finlandia y los demás ya se habían ido.

Mierda x2.

Suspiré y como Flash me vestí, desayuné y me cepillé los dientes. Diez minutos después ya me hallaba en el edificio de la Organización de las Naciones Unidas. Corrí y entré a la sala, haciendo que todos los presentes se voltearan a mirarme. 

Mierda x3.

Al menos no estaban todos los países, únicamente con los que me había relacionado.

—Por favor —me quejé mientras me dirigía a mi asiento, al lado de la señorita ONU—, dejen de mirarme ya. Ni que fuera un alienígena del espacio exterior que viniese a abducirlos a todos. Abduscan.

—Ejem —ONU carraspeó—. Como iba diciendo, creo que lo mejor sería que a partir de ahora Estados Unidos se encargue de _____, ya que noté que...

La organización no pudo seguir hablando, puesto que un montón de países se quejaron, diciendo cosas como «¡¿Con la gorda?!» «¡Espera, qué!» «¡Imposible!» y muchas más cosas.

Miré a Estados Unidos. Estaba igual de sorprendido, hasta se le habían caído las gafas del susto. Sus ojos azules eran muy bonitos. Luego miré a Finlandia, mi secuestrador y mi mejor amigo aquí en el "universo country". Se veía triste y decepcionado, a la vez que parecía querer matar al gringo nada más salir de la reunión.

—Chale... Ya cagamos —dije en voz alta.

—USA, could you please stay with her? —noté un poco de súplica en la voz de ONU. Parecía ser que estaban ocultando algo, sus miradas lo demostraban.

Un montón de gente se puso a hablar a la vez, quejándose de que no podía irme con alguien como él. Me estaba cansando de tanto grito, por lo que salí del edificio para sentarme en el bordillo de la carretera. Justo el edificio de las reuniones se encontraba enfrente de un parque, separados por una carretera.

Crucé y me dirigí al parque. Se me hizo bastante familiar, aunque en ese momento no supe el por qué. Me acerqué a un banco de por ahí y me senté, respirando y tratando de calmar mi mente. Todo estaba pasando muy rápido.

Tan solo habían pasado unos cuantos minutos hasta que una persona se sentó al lado mío. Esperé unos segundos para luego observarla con atención.

Dios mío.

Era igual que yo. El mismo pelo castaño, el mismo tono de piel, el mismo tipo de ropa... todo.

No lo podía creer. Ella era T/N.

𝗣𝗢𝗥 𝗘𝗥𝗥𝗢𝗥 || 𝗰𝗼𝘂𝗻𝘁𝗿𝘆𝗵𝘂𝗺𝗮𝗻𝘀 𝘆 𝘁𝘂́Donde viven las historias. Descúbrelo ahora