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—No mames, me voy a morir —dijo después de haberse recuperado—. ¿Es que a caso te interesa el tripaloski?

Me sonrojé un poco pensando en Rusia y su olor a vodka. En verdad no le había vuelto a ver desde la vez que Lituania me llevó a su habitación a buscar ropa.

Luego, pensé en Finlandia y la vez que tuvimos una cita. Esta vez sentía mi cara como un tomate.

—¿Qué? No, que va —negué con un gesto de manos.

—Estás roja —canturreó México—. Estás roja, estás roja, estás roja.

—Anda, cállate ya —dije todavía roja.

—¡A ______ le gusta...! —no pudo continuar hablando, ya que le tapé la boca con ambas manos.

—Cállate de una puñetera vez —hice una pausa por cada palabra, luego quité mis manos de su boca—. No me gusta Rusia, me gusta el chisme.

—Pero el caso es que vos te sonrojaste por alguien.

—¿Sabes qué? Me las piro —acaricié a Paco y me fui por allí, sin rumbo fijo.

Subí al segundo piso, en donde se encontraba la habitación de invitados y la terraza. En la terraza me senté en un sillón que había allí y me puse a pensar en mi tranquila soledad.

¿Había mentido a Finlandia diciéndole que había ido a visitar a Paco y Germán en vez de decirle que me iba a una fiesta en la que no conocía a nadie? ¿Por qué me importaba tanto lo que opinara Finlandia?

Abracé mis rodillas y algunas lágrimas salieron. ¿Cuándo podré volver a casa? ¿Por qué la vida es tan complicada a veces?

—Si la vida fuera fácil, muchos tendrían lo que quieren. En cambio, al ser difícil, solo los que se esfuerzan consiguen los premios.

Alcé mi mirada, encontrándome con España al lado mío.

—Sé por lo que has pasado, debió de ser difícil. Pero hey, lo conseguiste, aunque a veces sentías que debías acabar con todo, pero aun así seguiste. Eso te hace una persona valiente y fuerte.

Sin decir nada me acerqué a España y le abracé. Él permaneció estático por unos segundos, sin saber cómo reaccionar, pero al rato también me abrazó. Estuvimos así durante unos momentos, hasta que escuchamos como alguien cayó al suelo, literalmente a nuestros pies.

—¿Estás bien? —pregunté mirando a Colombia.

—Sí, sí. La música está bien chimba, en el karaoke anda sonando Morat.

—¡Madre mía! —grité de la emoción—. ¡Me las piro, vampiro!

Cualquier rastro de tristeza o nostalgia desapareció de mi rostro, convirtiéndose en alegría pura.

Bajé hacia el salón, donde, como dijo Colombia, se escuchaba la canción Al aire. Ni siquiera me pregunté que hacía Colombia allí arriba, ni tampoco pensé en como España sabía tantas cosas sobre mí. Lo único que hice fue disfrutar de la música y cantar en el karaoke.

—Quiero que ella sepa que me enamoré
»Que esté escuchándome
»Y le lleguen por la radio mis besos al aire (al aire)
»Quiero que antes de que suene otra canción
»O cambie la estación
»Ella escuche por la radio mis besos al aire (al aire)

Colombia pareció de la nada y agarró el otro micrófono, para ponerse a cantar junto a mí.

—Si gracias a un amigo yo la conocí
»Y por culpa del destino nunca más la vi
»Que esta voz de enamorado
»La recuerde de algún lado
»Y si la escucha por la radio se acuerde de mí —cantó el colombiano, mientras los demás países andaban aclamándole, aclamándonos.

Al terminar la canción me acerqué a Colombia.

—Hey, soy una gran ¿fan? tuya. O sea, tienes a Morat y también a "La reina del Flow", y eso es increíble.

—Por fin, alguien que reconoce que mi música está chimba, ¿sabes qué?, me caes bien, peladita —me revolvió el cabello como si fuera una niña pequeña.

—Hey, mi precioso pelo —dije con falso egocentrismo—. Por cierto... ¿qué hacías arriba en la terraza?

—Bueno —Colombia puso su mano en el cuello, con una clara señal de incomodidad—, andaba buscando a mí padre, y hay que decirlo, fue raro verle abrazado a una menor, no me imaginé que fuera un pedófilo.

En ese momento reí. Saqué todo, literal, todo. Al principio fue una risa normal, poco a poco se convirtió en una risa psicótica y al final en llanto.

Menos mal que solo se encontraba Colombia, y también un país dormido en el suelo, creo que era Suriname.

Por Dios, o sea, que gilipollez más grande la que hice, tal vez me vendría la regla y por eso tenía esos grandes cambios de humor.

Al calmarme, solo le dije una palabra a Colombia antes de volver a casa de Finlandia.

—Soy Cáncer.









Hola, ¿qué tal?, ¿bebieron agua?

Bueno, el caso es que yo soy de España, por lo que tal vez algunos modismos estén mal. Si me podríais ayudar con eso lo agradecería.

𝗣𝗢𝗥 𝗘𝗥𝗥𝗢𝗥 || 𝗰𝗼𝘂𝗻𝘁𝗿𝘆𝗵𝘂𝗺𝗮𝗻𝘀 𝘆 𝘁𝘂́Donde viven las historias. Descúbrelo ahora