El campo podría ser un lugar muy tranquilo para jugar, estar rodeado de la naturaleza y con un paisaje hermoso era sin duda el mejor lugar donde Lisa podría elegir vivir.
El suave viento acariciaba su rostro y ella cerraba los ojos dando un largo suspiro, una ligera sonrisa se formó en sus labios cuando sintió el tacto de su esposa sobre su hombro.
_Cariño, es hora de cenar - murmuró Jennie sobre su oído.
Lisa tomó su mano para levantarse de su asiento y caminó a su lado para llegar a la sala, su pequeña hija se encontraba sentada en el piso junto a un juguete, un pequeño cuchillo de plástico.
Jennie posó sus labios sobre Lisa y sonriéndole con un toque de malicia en su rostro, se alejó de ella para dirigirse a la cocina.
Lisa se acercó a su hija para cargarla entre sus brazos y después de darle un beso en su mejilla, levantó el pie para cruzar sobre el cuerpo ensangrentado de un hombre que yacía ya muerto en medio de la sala.
Dentro de unos minutos Jennie se encargaría de enterrarlo, primero era la cena junto a su hermosa familia.