Si te perdono...

1.El Despertar

Abrí los ojos, veía borroso, la energía del cristal parecía dejarme poco a poco. Los recuerdos vinieron a mi atropelladamente, tenía ganas de llorar, la guerra... Me costaba respirar, fue justo aquí donde Valkyon...


Mientras yo me ahogaba con mi propio sufrimiento, una figura borrosa apareció delante de mí, ayudándome a retomar la calma, con una voz suave y familiar. Cerré los ojos para concentrarme en respirar y cuando lo conseguí, los abrí poco a poco. Encontrándome entonces con la figura de Huang Hua, una de mis mejores amigas. Antes de poder apreciar lo que había cambiado, me estrechó entre sus brazos. Pregunté por Leiftan, mi "compañero de fatigas", pero parecía que aún no había despertado.

Tras dar órdenes de vigilar al otro Aengel, me ayudó a llegar a la enfermería, "mi segundo hogar", pensé para mis adentros, pues aún estaba demasiado conmocionada para empezar a bromear. Atravesamos las puertas del lugar sin llamar, Ewelein apareció enseguida, notablemente sorprendida por mi presencia. Lo siguiente que noté es como me abrazaba, a pesar de llevar un día sin verla, sentía que la había echado muchísimo de menos.

Escuché como decía que era un milagro, mientras Huang Hua se unía al abrazo, llorando las tres como madalenas, por nuestro reencuentro. Un alivio me inundó cuando Ewelein me dijo que me debía examinar, recordándome a la elfa que yo bien conocía. -¿Me pongo en mi cama no?- Esta vez si bromeé. En los últimos tiempos estaba tanto en la enfermería que pensaba que terminaría trasladándome ahí, mis amigas rieron con ganas.

Mientras me examinaba, me di cuenta de lo que habían cambiado ellas y lo poco que había cambiado yo, algo no me cuadraba y las chicas notaron en seguida mi perturbación. Entonces con una sonrisa triste, comenzaron a explicarme lo que me había perdido. Cuando me dijeron que había estado dentro del cristal 7 años... casi me desmayo, pero es que ¡SIETE AÑOS! Me había perdido tantas cosas... aun así después de que me contasen que el equilibrio había vuelto y que todo estaba en paz, no me parecía tanto. Quiero decir, nunca creí que estaría de vuelta, así que realmente no podía quejarme. También me contaron que ahora la nueva líder era Huang Hua, a quien le di la enhorabuena, aunque no la envidiaba en absoluto.

Después pasamos a cosas más tristes, los ausentes, Miiko, Kero, Alajea, Colaia y bastantes más, habían decidido seguir con sus vidas en otra parte. La partida que más me afecto fue la de Ezarel, mi sarcástico amigo, quien por lo que me dijeron, no soportaba ver que yo seguía aquí, pero a la vez no. Eso sumado a la muerte de Valkyon, uno de sus mejores amigos... Lo peor es que llevaban sin noticias suyas mucho tiempo. Tampoco me hizo especial gracia enterarme de que ahora era como una especie de divinidad por mi sacrificio, pero...

Lo bueno es que mis amigas supieron hacer bien el sándwich de información y acabaron contándome quien SI se había quedado. Jamón, Karenn, Chrome, Feng Zifu y Karuto, entre otros. Pregunte por Nevra, mi otro mejor amigo junto a Ezarel, por suerte él si seguía por aquí y había ascendido a mano derecha de Huang Hua, así que eso aligeró bastante mi malestar. Aunque ahora estaba de misión. Pude notar que no me lo habían contado todo, pero no dije nada, bastante sobrecarga de información tenía ya encima.

Y como de momento no había nada más de lo que hablar, me ofrecieron una capa bastante tupida y la posibilidad de ver a Chrome, quien se encontraba en la biblioteca, así podría ponerme al día con él, en lo que hacían el anuncio de que había despertado. Me puse la prenda a la velocidad del rayo, tenía tantas ganas de ver al que se había convertido en mi hermanito pequeño, durante el tiempo que había estado en Eldarya. Pero no quería que nadie más me reconociera, como bien habían dicho las chicas "La gente podría pensar que eres un fantasma o una aparición divina" y por lo que me habían dejado caer, no necesitaba que me pusieran más alto en ese pedestal de deidad...