Capítulo 1-La cruda realidad

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Pensar que con un poco de música por mis auriculares a todo volumen, la compañía de un libro a pocas hojas de terminar y un cigarrillo; encerrada en una habitaciones de 3x2 con una ventana que da a una pared ni siquiera da a la calle, solo logro escuchar a la gente que pasa y algún que otro auto. ¿Conseguiria solucionar o por lo menos lograrían desvanecer mis problemas por un momento aunque la soledad me consume cada vez más?
Lo único que carcome es sentir que en cualquier momento explotare como la última vez...
Dicen que la pérdida logra en las personas que valoren más la vida pero me esta pasando todo lo contrario, siento que cada vez pierdo el interés de seguir y solo quiero aferrarme a los recuerdos mientras todo se detiene.
Siempre creí que los recuerdos se mantendrían eternos; el último abrazo, su sonrisa, el olor de su perfume hasta su voz me acompañarian para siempre. Pero cayendo en la realidad ya ni me acuerdo su voz ni la última vez que le dije que la amaba.
Teniendo dieciocho años, no por voluntad propia tuve que madurar y superar las cosas sola.
Ya se me consumió el cigarrillo, lo único que queda es estar a oscurar hasta que logre en algún momento dormirme, siempre a estas horas de la madrugada es cuando mi cabeza se pone de mi contra y me tortura con recuerdos que nunca más volverán a pasar.
La única imagen que se me vino a la mente fue el de un lago reflejando las estrellas que alumbraban la noche con el olor a tierra mojada de la tarde que estuvo lloviendo, hace dos años que no volvía a Rumipal. Un pueblo bien chiquito de no más de veinte casas con una calle principal que tiene algun que otro local ,con una heladería bien chiquita nada que ver con las que hay en Buenos Aires, en el fondo de la calle principal como si fuera una pintura  se ve una sierra rodeada de distintos tonos de verde con un cielo espectacular. Siempre quise mudarme ahí cuando terminara mis estudios pero acá estoy en mi cama y lo único q me rodea son ruidos de autos, fábricas y algún gato corriendo por el techo.

𝕷𝖔𝖘 𝖗𝖊𝖈𝖚𝖊𝖗𝖉𝖔𝖘 𝖉𝖊𝖑 𝖆𝖑𝖒𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora