Capítulo 2: La Medicación

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No todos los menores eran discretos con su asignación de género, algunos le sacaban todo su provecho y comenzaban a utilizarlo como su identificación con pase establecido en la jerarquía que los dividía por naturaleza.

—Vamos, Valentín. Eres omega, danos una demostración de cómo actúa un animal desesperado en celo. Ponte en cuatro en el suelo, ¡Vamos!

Charlotte sintió un repudio insoportable cuando escuchó como se dirigían a un crío que había entrado recientemente al baño. Minutos atrás Charlotte se había encerrado en el baño lujoso de una mansión donde se había organizado la fiesta de caridad que involucraba a grandes figuras públicas y por lo tanto estaba conformada por los altos directivos del gobierno, directores ejecutivos de empresas importantes y algunas celebridades como inversores e invitados influyentes. La mayoría de ellos eran alphas con sus amantes omegas. Su padre le había advertido al respecto, pero al igual que todos los hijos de los mandatarios en la jerarquía construida en poder y capital, Charlotte tenía que estar presente para demostrar que su padre había criado un buen heredero y dar el ejemplo. O por lo menos así pensaba Charlotte, por lo que considero que estaba obligado a ir.

Su padre no lo dejó salir de casa sin antes tomar precauciones y las pastillas bloqueadoras de feromonas, inhibidores especialmente hechos para la constitución receptora de Charlotte y los centrificantes. Todo lo que le recetaba eran tratamientos carísimo y tedioso que no todos los omegas podían costear, pero el padre de Charlotte había encontrado una forma de conseguirle la medicina en montones y de forma asegurada.

Por Charlotte, su padre podía hacer todo eso y más. Y era por eso que Charlotte también estaba dispuesto a todo para agradar a su padre. Aun así, aunque trató con toda su fuerza de voluntad mantenerse sereno luego de llegar a la fiesta y saludar junto a su padre algunos clientes y conexiones, no había podido evitar el malestar y se había ido a encerrar en las cabinas sanitarias porque no pudo detener las fuertes arcadas después de percibir las feromonas de algún maldito viejo alpha que andaba en la fiesta jactándose de su hedor repugnante. El efecto de la medicación que tomaba hacía que sus instintos se contrajeran a sí mismos y a resultado de eso estar con alphas le causaba un efecto contrario al agrado.

Reconoció quienes habían entrado. Valentín era de su grado, aunque nunca había estado en su mismo salón y nunca le había hablado así que no eran nada cercanos. Valentín también era omega. Todos lo sabían y Charlotte lo pudo confirmar porque distinguió sus feromonas sin ponerse alerta, era como un soplo de feromonas que no le causaba reacción, pero podía percibir. Charlotte reconocía también a cada individuo que había asistido a la fiesta, los había estudiado ya que su padre era el inversionista de varias compañías y quería conocer a sus clientes. Además, eran personajes de alta alcurnia, por lo que quería mostrarse respetuoso y noble. También reconocía a la mayoría de los hijos de estos magnates. No porque los haya estudiado, no los quería ver ni en pintura, pero casi todos asistían a la misma escuela privada.

—No, Rodrigo... por favor, no haré eso. ¡Y no me bajaré los pantalones solo porque me lo pides! —grito Valentín con la cara roja de molestia.

—¿Estás seguro? ¿Y qué tal si comienzo a rociarte mis feromonas para incitarte y terminas mojado?

—¿Mojado? —preguntó una hembra que andaba con Rodrigo y su grupo. Era beta.

Había tres betas y un maldito alpha fanfarrón.

—Los omegas son tan putos y débiles que se excitan de inmediato cuando están frente a un alpha y podrían tener orgasmos con solo esperar para que se los cojan. ¿No lo sabías? Es su instinto y casi como una necesidad... mira...

Rodrigo se quedó quieto por un momento y todos lo vieron de forma extraña porque no comprendieron que hacía.

Charlotte percibió la oleada de feromonas repentinas que invadieron su entorno y activaron su motriz receptora. Comprimiendo y nublando todo mientras se extendían por el lugar. Charlotte ya estaba asqueado desde antes y ese hedor se asemejaba a basura rancia lo hizo ver todo borroso. Aguantó con todas sus fuerzas para no vaciar de nuevo su estómago y el vómito se le quedó atorado en la garganta.

LOTTE Y SU ROSA [ Omegaverse Heterosexual ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora