Capítulo 14: La calma

510 60 23
                                    

Ignoraron a Margo. Gia parecía ya no aguantarla y Charlotte ya se estaba acostumbrando a sus comentarios desubicados.

Lo único que Charlotte hizo antes de irse fue exigir que le explicaran la mentira que habían usado para excusar sus heridas con detalle y eso hicieron las chicas. No se quedó mucho tiempo con ellas porque solo quería asegurarse que estuvieran bien y que no hubieran provocado nada grave con la institución. Al parecer todo había funcionado.

—¿Rossel sí está bien... ya está mejor? —Margo fue la que le preguntó y Charlotte no pudo evitar llevarse la mano a su pecho.

Un día antes fue cuando ellas se retiraron y él salió del ático que se quedó a mitad de las escaleras y se le ocurrió que dejar a Rossel sola no era una buena idea. De alguna forma se sentía responsable por ella después de todo lo que había pasado y no tenía el corazón de dejarla ahí, ni siquiera mientras iba a buscar ayuda. Todo había pasado muy rápido. Estaba discutiendo con Gia y de un momento a otro le habían cerrado la puerta en la cara. Aún intentaba procesar las palabras que le soltó con advertencia. "Piensa, Charlotte, piensa..."

Pensar era todo lo que él hacía. Y se negaba a aceptar que lo que Gia dijo tenía algún sentido. En ningún momento sintió alguna buena intención de parte de Alex o de ella aquella vez cuando los encontró en su habitación. El miedo que tuvo de encontrarse con ese grupo reunido frente a él fue genuino, pero fue opacado con la llegada de sus dos nuevas compañeras de habitación, quienes también lo distrajeron de todo lo ocurrido por la adaptación a su nueva rutina con ellas. Sin embargo, Charlotte jamás olvidaba con cuáles personas y en qué situaciones se sintió agobiado. ¿Qué Alex o algún otro alpha que lo hizo sentir inseguro intentó ayudarlo? Jamás lo creería.

Si algo no le agradaba desde el principio, no le agradaría nunca. Así que por cómo era él no les perdonaría a los alphas ni una. Y al menos en ese aspecto, Rossel contó con su favor desde el principio.

Charlotte sacó su celular y llamó su primer primer número en la agenda, esperó unos segundos para escuchar la voz de su fortaleza. Hugo lo saludó con formalidad y cariño. Después de una serie de preguntas amenas entre padre e hijo Charlotte decidió hacerle saber la razón de su llamada.

—Papá, necesito que me ayudes con algo.

Hugo escuchó atentamente mientras su hijo le explicaba que había estado involucrado en una situación que implicaba el rut de una alpha. La misma hembra que le había ayudado antes y ahora necesitaba devolverle el favor; no le contó a su padre que la había hecho con ella en esa misma situación y se sintió avergonzado; no por haberlo hecho, sino porque era la primera vez en su vida que le ocultaba algo. Apartó el pensamiento y la culpa y se esforzó por contarle una versión que encajó con casi todos los hechos. Aún así, Hugo consiguió llegar a hacerle la pregunta que estaba evitando.

—¿Ella no te toco?—Charlotte no respondió de inmediato y bajó un poco más la escalera, buscando alejarse del lugar donde Rossel descansaba. —¿No te hizo daño, hijo?

—No me tocó. Esa es la única razón por la que te estoy molestando y pidiendo ayuda. Con todo lo qué pasó, me ha demostrado su firmeza y a cambio, he elegido confiar en ella.

Lo que le contó no era completamente una mentira. Había decidió acercarse más a Rossel porque quería y eso era todo. Lo demás solo lo había agregado con el afán de convencer.

—Hijo mío, nunca será una molestia para mí ayudarte. Ya sabes eso.

Él asintió por reflejo, pues estaba consciente de que su padre no lo podía ver.

—No te preocupes, confiaré en ella siempre con precaución. Eso último jamás ha cesado de mi parte.

Excepto cuando su boca está sobre la mía, pensó él. Se tapó la boca con una mano inmediatamente, como si lo hubiera dicho en voz alta.

LOTTE Y SU ROSA [ Omegaverse Heterosexual ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora