Capítulo#9 Lo siento.

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Diana
Llevo dos semanas sin salir de casa, sólo voy a la escuela. No veo a Camila desde la noche en que nos peleamos, no he ido a su casa y a la escuela no ha ido. Ella no es rencorosa y sé que me perdonará, pero es tan difícil pedir perdón.
Mi madre ya está mejor, o eso quiere aparentar, se pasa todo el día en el trabajo, supongo que para mantener la mente ocupada.
Mi padre no ha venido desde el día de la discusión, se separó de mi madre, pero yo sigo siendo su hija, ahora más que nunca me doy cuenta de lo poco que le importo.
Julio sigue sin aparecer, ya he decidido no llamarlo más, ni mandarle mensajes, voy a seguir con mi vida, pero esta vez sola, no necesito tener pareja para ser feliz.
Simón, por otra parte, no ha parado de mandarme mensajes, que ni siquiera leo, no quiero saber de él. No lo he bloqueado porque creo que eso es algo inmaduro, aunque en realidad creo que es porque lo sigo queriendo, pero por más que lo quiera nunca le voy a perdonar lo que me hizo.
Diana tú también le fuiste infiel, no te hagas la santa.
No puedo, no le daré la oportunidad de volverme a hacer daño.

Hoy es sábado, voy a casa de Camila, necesito pedirle perdón, una amistad de tantos años no puede acabar por una tontería, además me preocupa que lleve dos semanas sin ir a la escuela.

Al llegar a la casa, la puerta está abierta así que entro.
Me sorprendo al ver a Camila besándose con Max. Me dan ganas de gritarle para que no sea tan estúpida, pero recuerdo que vengo a pedir perdón, no a pelear otra vez.
- Emm, hola. - digo para que se den cuenta de mi presencia.
- Hola Diana. - dice Max. - las dejaré solas.
Max sale dejándonos solas, él sabe cuánto me molesta su presencia y al verlo no puedo disimular la cara de molestia que se me pone siempre que lo veo.
- Hola, ¿y eso, qué haces aquí?- me dice Camila y puedo notar la vergüenza en su cara.
- Vine a pedirte perdón y a ver a mi mejor amiga. ¿No puedo?
- Claro que sí tonta. - me dice y me abraza. - Perdóname tú también, estás pasando por un momento difícil y yo me peleo contigo por una tontería.
- ¿Por qué no ibas a la escuela, me tenías preocupada?
- Es una larga historia.
- Te escucho.
- Para ser breve, estoy embarazada, vas a ser tía.
Gritamos las dos de emoción y luego ella continúa:
- Tenía un retraso con mi período, vivía cansada y con sueño y además todo me daba náuseas, así que decidí ir a hacerme las pruebas y dió que sí lo estaba. Se repite otra vez la historia.
La mamá de Camila la tuvo con 18 años, al igual que la abuela a su mamá.
- ¿Es de Max?- le pregunto aunque la respuesta es obvia.
- Claro, es con el único que no tengo el cuidado estricto.
- ¿Y cómo reaccionó al enterarse?
- Lo llamé y no me lo esperaba, pero me dijo que era la mejor noticia de su vida y desde ese día volvimos y ahora él está viviendo aquí, reaccionó completamente diferente que mi padre al enterarse que mamá estaba embarazada.
- Pues ya no me cae tan mal, va a ser el padre de mi sobrino o sobrina.
- Cambiando de tema ¿viste la noticia de Julio?
- ¿Qué noticia?
- La que salió en el periódico, espera, ahora te la enseño.
Camila busca un periódico y me sorprendo al ver en la portada una foto de Julio y unas letras grandes que dicen:
Se busca traficante de drogas prófugo de la policía”.
Continúo leyendo el artículo y al parecer Julio lleva meses huyendo de la policía por negocios ilícitos de droga. No me usó, simplemente tuvo que huir, ya no sé ni qué es peor.
- Por lo menos no te utilizó. - me dice Camila intentando cambiar la tristeza que claramente se me ve.
- Preferiría que lo hubiera hecho, pobrecito, ¿cómo pudo convertirse en un delincuente?
- Te recuerdo que su padre estuvo preso por lo mismo y que a su mamá la mataron por culpa de los negocios de su padre.
- Lo sé, pero es que no sé cómo una persona tan romántica y tierna, pueda estar metida en ese mundo.
Me duele tanto saber todo lo que está pasando Julio. Lo conozco desde hace años, fuimos muy amigos, él siempre fue tan dulce y lindo, no pensé que se convertiría en lo que es.

Después de un rato en casa de Camila, regreso a mi casa. Mi madre todavía no ha regresado del trabajo. Hoy no voy a salir tampoco, me quedaré en casa viendo una película.
Cuando ya casi estoy acabando la película suena el timbre.
Seguro es mi madre, que se les quedaron las llaves.
Abro la puerta y me quedo paralizada al ver quién es, no puedo creer que esté aquí.

1730 km de distanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora