Capítulo#5 La cita perfecta.

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Diana
Dejo que mi teléfono pare de sonar.
- ¿En serio vas ignorar a Julio? ¿Ese es tu plan? - me reclama Camila y yo sólo me quedo callada.
Comienza a sonar mi teléfono, nuevamente es Julio. Antes de que pueda reaccionar, Camila responde la llamada y comienza a hablar:
- ¿Hola? Diana está ocupada. Ah espera ya viene.
Camila me devuelve mi teléfono para que hable con Julio y lo pone en alta voz, quiere enterarse de todo.
- Te mato. - le digo moviendo los labios.
- Hola.
- ¿Cómo está la chica más linda del mundo? - me dice Julio. Su voz es tan sexy.
- Bien ¿y tú?
- Ahora que hablo contigo mi día ha mejorado mucho. ¿Tienes planes para hoy? Es que me gustaría invitarte a salir.
Camila comienza a decirme que sí con la cabeza para que acepte.
- Mmm ¿y dónde si se puede saber?
- Es una sorpresa, a las 9:00 PM paso a buscarte.
- Está bien.
Y cuelga.
- Te juro que te mato. - le digo a Camila.
- ¿Por qué? ¿Por conseguirte una cita con el amor de tu vida?
- No la conseguiste tú, además Julio ya no es el amor de mi vida, eso es algo del pasado...
- Julio es pasado y Simón es futuro. ¿En qué momento vives el presente?- Camila me interrumpe como siempre.- ¿A ti te gusta Julio?
- Sí, eso creo.
- Pues ya está, hoy tendrás una cita con él. ¿Qué piensas ponerte?
- No sé, ¿me ayudas a elegir algo?
- Claro.

Vamos a mi habitación y después de varios atuendos, por fin encontramos el ideal.
Es un vestido ajustado a mi cuerpo, es de color negro y resalta mi blanca piel.
- Me encanta, te queda tan bien, seguro que a Julio también le va a gustar.
- Eso espero.
Camila se va para su casa y yo  me quedo haciendo limpieza en mi casa.

Después de varias horas organizando, me doy cuenta que ya son las 6:00 PM, así que corro al baño para darme una ducha y comenzar a arreglarme.

9 PM....

Ya cuando estoy lista, el timbre de mi casa suena, ya son las nueve así que debe ser Julio.
- Wao, estás preciosa. - me dice Julio dándome un beso corto en los labios
- Gracias. - digo con una cara de orgullo.
- ¿Nos vamos?
- Sí.
Afuera de mi casa está un taxi esperando por nosotros. No sé a dónde me llevará, sólo sé que cuando estoy con él, se me olvida todo mi mundo y lo único que quiero es quedarme así toda la vida.

El taxi se detiene en un lugar desolado. Julio me amarra una venda en los ojos y me carga en sus brazos, parecemos actores de las películas románticas.
A medida que camina puedo escuchar las olas del mar. Cuando llegamos me baja y me quita la venda de los ojos, nos encontramos justo en frente del mar, puedo ver un corazón hecho de velas encendidas y en medio una mesa con bebidas, en el agua se refleja la luna, todo es tan romántico.
- Wao, es precioso.
- Que bueno que te guste, lo preparé para ti. - me dice Julio y me besa.
- Julio, quiero que vayamos despacio.
- Como tú quieras.
- Es la primera vez que alguien hace algo tan romántico para mí.
- Tú te mereces mucho más que esto.
Nos sentamos en medio de las velas que forman el corazón, cogemos cada uno una copa y brindamos.
- Me encanta el mar, me relaja el sonido de las olas. - le digo para romper el silencio que hay entre los dos.
- A mí me relaja estar en cualquier sitio contigo.- lo que me dice suena muy cursi, pero yo lo veo romántico.
Lo miro y le sonrío. Él se inclina para besarme, sus suaves labios se encuentran con los míos y ahora sí hace que me olvide completamente de todo y que sólo me importe estar con él.
Y es en ese preciso instante  que te das cuenta que no puede existir un futuro si no se vive el presente. Y ves claramente que existen momentos que deberían ser eternos.

1730 km de distanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora