¿Qué me pasa?

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La niña se encontraba lavando los platos, cuando su madre va a la cocina enojada y gritando.

- ¿¡Cómo te atreves hacerle esto a tus vestidos!? . Lo dijo mientras sostenía los vestidos de la niña todos rasguñados y rotos.

La niña confundida se saca el jabón de las manos y cierra la llave de la canilla y seca sus manos.

- ¿De qué hablas? Yo no hice eso, ¿Por qué lo haria sabiendo que es la unica ropa que tengo?, ¿Por qué la rompería?. Lo dice confundida, ya que no recuerda haber roto sus vestidos.

- Entonces, ¡explícame porque tus vestidos están así!.

- ¡No lo se, mamá! ¡Ya te dije que no hice eso! . Lo dijo un poco exaltada.

- ¡No me subas el tono mocosa! A mi me respetas, porque soy tu madre.

-Bien, lo siento, pero, como te dije, yo no se porque están así de rotos.Lo dice poniendo cara de confundida

- Pues, no lo se, es muy raro, es como si hubiera entrado un gat-. Y no termina la frase y se queda pensando en si pudo haber entrado un gato y arañado sus vestidos.

¿Que pudo haber entrado un gato? Puede ser, porque siempre dejo la ventana abierta y también la puerta de mi armario abierto, creo que mi mama no se dio cuenta de eso . Pensó la niña.

- Si entro un gato y rompiste tus vestidos, es tu culpa . Lo dijo mientras dejaba los vestidos sobre la mesa.

- ¿Mi culpa? ¿Por qué? . Lo dijo haciéndose la tonta.

- Por tu manía de dejar la ventana y la puerta del armario abierta, ¿Crees que no me doy cuenta?

- Perdón por eso, no lo volveré a hacer . La ventana la dejare abierta, pero la puerta del armario no.

- Bueno, ahora me tocará intentar arreglarte tus vestidos, haré lo que pueda. Lo dice mientras se sienta en su silla donde estaba su maquina de coser.

-Esta bien . La niña fue al baño y como de costumbre miro su cara reflejada en el espejo y se encontró, se sorprendió al ver un grano en su cuello, rápidamente llamo a su madre y le mostró ese grano.

- Es normal eso hija, solamente tapatelo con el pelo y listo, ahora reza para que no te salgan en la cara. Lo dijo mientras sacaba una crema de un cajón y se la daba, era una crema para granos.

-Bueno. La niña tomo la crema y se fue al baño nuevamente a colocársela. Espero que no me salgan granos en la cara, eso si que seria horrible, seria la burla de todas y de todos en el colegio. Pensaba la niña mientras se untaba un poco de crema en el grano que le había salido en el cuello.

Al otro día, la niña se levantó como todas las mañanas y fue a hacerse su desayuno, cuando fue a la cocina, vio a su madre y le dijo buen día y su madre igual y la madre al decirle buen día, se dio vuelta a mirarla.

-Ay, ¡Dios mio! ¿Qué tienes en el rostro?. Preguntó mientras se acercaba a la niña.

-¿Que tengo? No me asustes. Asustada se fue al baño a mirarse en el espejo, cuando vio su cara llena de granitos, grito.

-¡No grites, niña!

-Lo siento, es que mira mi cara es un asco. Lo decía mientras tocaba su cara y veía sus granos.

-Es normal a tu edad, pero, de todas formas no iras a la escuela.

-Hoy tenia un examen de Lengua, me lo perderé.

-Da igual eso, lo harás cuando vuelvas a la escuela, cuando tu cara no parezca un choclo.

-¡Mama! No me digas eso, me haces sentir mal.

-¿Qué? Si es la verdad, tu cara llena de granitos no es bonita, no parece en lo absoluto de una dama.

Ay como odio mis imperfecciones, ¿Cómo puede ser que me hayan salido tantos granitos? Mi cara es horrible, mi madre tiene razón, parezco un choclo!. La niña angustiada, se puso la crema que había usado el día anterior y se fue a su cuarto y se sentó en una silla que tenia su cuarto a leer, ya que era lo unico que la podía distraer.



¿Belleza? ¿Por qué me falta?Where stories live. Discover now