Una débil neblina ha cubierto la superficie del mar, una bruma que no permite ver el horizonte, y que otorga al ambiente un aire de divinidad.
Taehyung se levanta, se desprende de la gabardina color ceniza dejándola caer sobre la arena, debajo lleva una camisa fluida con finas rayas que ondea suavemente sobre su cuerpo mecida por la brisa marina.
Se quita la boina y la deposita junto con las gafas sobre el abrigo, a la vez que se retira el pelo de la cara.
Se encamina hacia la orilla, con pasos decididos y elegantes, sus andares evocan a los de un tigre caminando por la selva, majestuoso.
Se detiene cuando el agua del mar cubre sus tobillos y moja el bajo de sus pantalones.
Entonces, mira a Jungkook, que permanece sentado en el mismo sitio, y le invita a acercarse a él con la mirada, una mirada penetrante, incluso algo intimidante, pero acogedora a la vez, una mirada que expresa mucho más de lo que sus palabras podrían llegar a manifestar jamás.
Y se da la vuelta de nuevo, centrándose en la extensión del océano.
Jungkook se levanta despacio.
Se queda unos minutos contemplando su figura. Una sombra gris antracita rodeada de un brillo argentado.
¿Me dirás que no parece cosa de magia?, piensa para sus adentros.
Realmente, no está todavía seguro de sí todo lo que está viviendo es producto de su imaginación.
Camina pausadamente hacia él, con toda la celeridad que le permiten sus piernas temblorosas, siente que le van a fallar en cualquier momento y quedará postrado de rodillas ante él; sería bochornoso, ¿no es verdad?, aunque con cierto encanto cómico.
Y. mientras va concentrado en no caerse, llega donde él está parado. Se sitúa a su espalda, algo cohibido, y, lentamente, le rodea con sus brazos apoyando la mejilla sobre su hombro.
Nota las ondulaciones de su pelo rozándole la cara, movido levemente por el viento. Y cierra los ojos.
Taehyung siente su cálido abrazo, no aprieta, más bien ha reposado sus brazos sobre sus caderas, de una forma tierna y delicada.
Apoya los suyos sobre los de él y nota pasión y amor, todo junto en un mismo tropel de emociones que le inunda.
Su piel se eriza y no sabe si es a causa del frío que siente por la frescura de la noche o si es por el calor que le provoca el que sus cuerpos estén tan juntos, sin ningún milímetro de distancia.
Podrían pasar la eternidad así, abrazados, los dos solos. Sienten que no necesitan nada más en este mundo, únicamente percibir el tacto de sus pieles al acariciarse y el fulgor incandescente que emana de sus ojos cada vez que sus miradas se cruzan.
Taehyung se da la vuelta con suavidad, hasta quedar de frente a él.
Son escasos centímetros los que los separan ahora, tan pocos que casi sus narices se tocan, pero lo sienten como un abismo.
Alarga el brazo hasta hundir su mano en el cabello de Jungkook y enreda sus dedos entre su liso pelo negro.
Tras unos instantes desciende hasta su boca, se entretiene brevemente con su piercing y bordea sutilmente el lunar sobre su barbilla, que le otorga un aire de dulzura desmesurada, desliza las yemas por sus labios, una caricia lenta y pausada que hace que ambos se estremezcan.
Sus labios son suaves y sedosos, los mira con deseo y añoranza, como si ya los hubiera probado antes, pero con el anhelo de la primera vez.
La fuerza de la gravedad ha cambiado, ya no es la tierra quien le empuja, si no esos labios rosados que le atraen de una forma magnética.
Aprieta su labio inferior entre sus dientes y, cuando él entreabre la boca, separándolos ligeramente, y nota su aliento en sus dedos, no puede reprimirse más.
Se va acercando pausadamente hacia ellos; notando en todo su ser un éxtasis místico que da vueltas en su interior y que le hace sentir como si le picaran cientos de abejas a la vez, pero, al mismo tiempo, siente un placer que es difícil de describir.
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☙ 𝑳𝒖𝒏𝒂 𝑶𝒕𝒐𝒏̃𝒂𝒍 [Kσσктαε] [+18]
Fanfic«Completa» ⚝ 𝑇𝛼𝜀𝜅𝜎𝜎𝜅 ⚝ «𝑼𝒏 𝒊𝒎𝒑𝒖𝒍𝒔𝒐 𝒊𝒏𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒐𝒍𝒂𝒃𝒍𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒖𝒆𝒗𝒆 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒖𝒏𝒐 𝒅𝒆 𝒔𝒖𝒔 𝒑𝒂𝒔𝒐𝒔; 𝒖𝒏𝒂 𝒏𝒐𝒄𝒉𝒆 𝒆𝒕𝒆𝒓𝒏𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒑𝒂𝒓𝒆𝒄𝒆 𝒏𝒐 𝒕𝒆𝒏𝒆𝒓 𝒇𝒊𝒏; 𝒖𝒏 𝒔𝒖𝒆𝒏̃𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒃𝒊𝒆𝒏 𝒑𝒐�...