22. Giro Inesperado

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El corazón de Taehyung latía con fuerza, había llevado consigo una pistola en caso de tener problemas. Cómo estaban saliendo las cosas parecía que todo estaba saliendo bien y eso no le daba muy buena espina.

Hoseok estaba sentado en un sillón que estaba acomodado en el porche de su casa.

Llevaba puesto unos lentes de sol y se los quitó en cuanto Taehyung llegó a su lugar. Hoseok ya no estaba vestido con su traje, ahora llevaba una ropa que bien podría ser de playa.

—Disculpa mis fachas —dijo con una sonrisa—, me vine corriendo en cuanto miré el fuego. No tenía idea que habría un incendio.

—Era para cubrir el asesinato.

—Entiendo —dijo Hoseok— bueno, el dinero está- —Hoseok se detuvo mirando su sobre y después miró a Taehyung—, ¿y el dedo?

Taehyung sacó de su bolsillo una bolsa ziploc en la que dentro había un dedo. Lo consiguió de un hombre al que tuvo que asesinar antes de regresar.

Sus uñas eran similares a las de Jimin por lo que fácilmente podía engañarlo.

Hoseok observó el dedo y le entregó el sobre con una enorme sonrisa cínica. Ahí estaba el rostro de un demente.

—¿Y el niño? —preguntó Taehyung. No quería sonar impaciente, pero no tenía intenciones de seguir en ese lugar.

—Está dentro de la maleta.

Hoseok fue por una maleta pequeña negra y la empujó hacia Taehyung. Pudo escuchar un quejido.

Su rostro se volvió frío, Taehyung lo quería matar. Su sangre hirvió al pensar que pudo hacerle daño a su bebé.

Abrió la maleta y encontró a Jungkook en una posición muy incómoda. Él estaba dormido.

Lo sacó de la maleta y lo examinó. Tenía los ojos cerrados, estaba completamente dormido o mejor dicho, sedado.

Taehyung sintió ganas de abrazarlo y de darle muchos besos, pero simplemente lo cargo.

—Lo llevaré así, gracias.

Se dio la vuelta y se encontró con Seokjin de pie.

Sabía que no le daba buena espina todo esto, así que tendría que improvisar.

—Sabes que te tengo aquí —tocó su palma— y no puedes esconderme nada.

—¿Uh? No entiendo.

—Ese niño es tuyo y lo sabes —Taehyung miró a Hoseok y él seguía sentado sin sorprenderse por lo que supuso que él ya sabía.

Al parecer improvisar no sería bueno, sabía que si mentía le haría algo a Jungkook.

—Fue hace años y- —intentó explicar pero fue interrumpido.

—No lo mataste.

Taehyung tragó saliva. Hoseok ahí sí se sorprendió.

Taehyung acarició su pistola con una mano y Seokjin hizo lo mismo. Ambos se miraron sin decirse nada.

Taehyung estaba nervioso, porque traía a Jungkook en brazos.

Sacó la pistola y Jin igual, ambos tenían la pistola apuntando al otro.

Su corazón estaba acelerado y eso no le permitía concentrarse bien.

—¿Te cuento algo? —Taehyung no respondió— Lo supe desde mucho antes y lo mandé a matar, pero no salió bien, de igual forma pude hacerte creer que estaba muerto.

—¿Por qué?

—Porque te odio.

Hoseok se levantó del asiento dispuesto a entrar a su casa, eso ya se había vuelto muy personal.

—Yo también te odio —Taehyung bajó la pistola y abrazó a su hijo. Abrazó a Jungkook acariciando su cabello y oliendo su colonia a bebé. Sabía que sería la última vez que podría hacerlo.

Seokjin se acercó hasta él sin dejar de apuntarle y le puso la pistola en la frente.

—Tu único error fue nacer.

Le quitó el seguro a la pistola y un ruido dentro le hizo quitar su atención de Taehyung.

Hoseok regresó cubriéndose el cuello en busca de auxilio. Su cuello salpicó sangre y sus manos y camisa de playa naranja se tornó roja y cayó al suelo muerto.

Seokjin bajó la pistola y miró salir a paso lento a Jimin con las manos manchadas de sangre.

—No lo toques —dijo Jimin.

—A tu hijo no le haré nada, sólo me lo quedaré para que crezca y sea mejor que este imbécil.

Jimin apretó la mandíbula.

—Entonces tendrás que matarme porque no te dejaré hacerlo.

Kill me ✄ VMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora