4. La nueva realidad

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Fueron pasando los días y ya empezaba a comprender que había muerto y que él hubiera querido que siguiese adelante. Que no me perdiese en el pasado, cosa que solía hacer.

Estaba en mi habitación cuando picaron a la puerta:

-  Es hora de comer, mamá y yo te esperamos en el comedor - dijo mi hermana

- ¡ Ya voy tata ! - me sorprendió hasta a mí que dijera eso

Baje las escaleras y me encontré a lo que quedaba de mi familia sentada en la mesa esperándome para comer

- Pensábamos que no vendrías - murmuró sorprendida mi madre

- No pensaba perderme tu famosa lasaña-

La lasaña de mí madre era la mejor de Madrid y no exagero.

La comida transcurrió tranquila hasta que a mi querida hermana Claudia se le ocurrió una idea que hizo que mi cara canviara en cuestión de segundos.

- Ya que mañana me vuelvo a ir a Inglaterra, que os parece si esta tarde vamos al centro comercial de compras - preguntó ilusión

A mí no es que me gustara ir de compras, más que nada porque no era ese tipo de chica. Pero hice un sacrificio porque a Claudia parecía hacerle mucha ilusión.

- ¿ Por que no ? Será buena idea salir de aquí un rato. ¿ Tú que opinás Mar ? -

- Claro, será guay -

Una hora después ya estábamos en una tienda de ropa mirando sudaderas.

- Cariño, esta de aquí es muy bonita - dijo mi madre enseñándome una

- No sé mama, creo que voy a ir a por un batido a la cafetería de enfrente - dije antes de salir de la tienda lo más rápido que pude.

Estuvimos la tarde en el centro comercial y después fuimos a comer a un restaurante que hace las mejores pizzas del mundo.

Nada es para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora