Individual.

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Hacía un frío terrible, estaba a nada de congelarme, literalmente. Por más ropa que me hubiera puesto sentía como si el frío la sobrepasara sin dificultad alguna. 

Nobara estaba abrazada a mi brazo izquierdo mientras caminábamos por la ciudad. íbamos rumbo a la estación del tren, iríamos a Osaka por unos días. 

Estos pequeños momentos me mantenían con vida, simplemente los necesitaba de vez en cuando. 

Cuando llegamos a la estación, nos dirigimos a comprar los boletos y un par de bentōs, minutos después abordamos el tren. Sería un viaje de casi tres horas.

Los ojos le brillaban a Nobara, realmente parecía estar emocionada por el viaje. El motivo aparente era mi cumpleaños ya casi un mes atrasado. 

Aunque era otra gran ciudad, nos quedaríamos en una casa en la que viví durante toda mi preparatoria y universidad, antes de mudarme a Tokio, en ella también vivieron Panda e Inumaki. 

Cuando el tren comenzó a avanzar y ya estábamos cómodas, abrí mi bentō, cosa que resultó gratificante, ya que al levantarme tarde, no tuve tiempo de almorzar, Nobara me acompañó comiendo el suyo. 

Al terminar, me recargué en el hombro de Nobara y cuando desperté, faltaban minutos para llegar a la estación, Nobara estaba leyendo. Me enderecé un poco y me tallé los ojos. 

- Oh, ¿te desperté?-colocó el separador en el libro y me miró preocupada. 

- No no, para nada, no te preocupes por ello, ¿que leías? 

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Bajé el ligero equipaje y al salir del tren volví a sentir aquel frío tan profundo. Ni viajando a otra ciudad, la temperatura sube. 

Por alguna razón me sentí como en casa caminando por aquellas calles, era una sensación que hace mucho no sentía. Bueno, mientras caminaba por una ciudad. 

- Y mira, en ese restaurante de ahí, trabajaba Inumaki de aprendiz - señalé. Nobara estaba impresionada. 

- Tenemos que comer ahí uno de estos días. - añadí. 

- Es una necesidad. - sonrió. 

Así fue nuestro trayecto a casa, yo señalaba cada lugar en el que tenía un buen recuerdo y Nobara asentía o reía. 

Si estos momentos tuvieran una canción de fondo definitivamente sería de Cigarettes After Sex. 

Al llegar a casa, gire dos veces la llave y entramos, todo estaba impecable, la aseaban una vez cada dos semanas y ayer por requerimiento mío. Todos los cuadros que alguna vez Panda pintó o inclusive yo pinté, seguían en su lugar. Es casi como si volviera a esos tiempos. Por unos momentos ví como si yo regresara de las asesorías para la universidad y ellos estuvieran esperándome en casa.

El tatami en el suelo hacía que todo estuviera más calentito y cómodo, además de que encendí la calefacción apenas llegamos. 

- ¡¿Tú vivías aquí?!- Nobara dejó caer su equipaje al suelo. 

- Me parece que sí, hace mucho no venía. - sonreí. 

Le mostré la planta baja, claro que, la casa no era tan espaciosa como el apartamento, era mucho más pequeña, de hecho las camas eran individuales, tendríamos que dormir en habitaciones separadas. 

La instalé en el cuarto que perteneció a Inumaki en sus tiempos, de hecho, todavía tenía pegados aquellos pósters de cosas que le gustaban, inclusive estaba ahí su vieja guitarra. No entiendo por qué no se la llevó a Tokio. 

Bienes Comunes | Maki x Nobara (1).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora