2 meses después...
Observé los verdes mechones de cabello caer al suelo con lentitud; sentía como si un gran peso se hubiera quitado de mis hombros.
Panda me veía a través del espejo, preocupado.
- Su vuelo sale hoy, ¿estás segura de que no irás?
- Deberías ir. - añadió Inumaki recargado en el marco de la puerta.
- No iré, eso solo la detendría. No quiero que se quede en Tokio por mi culpa.
Kugisaki se había ido del apartamento un mes atrás, los papeles de divorcio estaban en trámite, solo faltaba mi firma.
Todo por ese estúpido empleo, ni si quiera insistí en que ella se quedara o algo, simplemente la felicité y remarqué que todo había sido por un contrato, el cual ya había cumplido el tiempo que habíamos preestablecido, 4 meses.
Fueron los mejores veces de mi vida adulta, lo debo admitir. La amo, y lo que implicaba amarla, era dejarla vivir su sueño.
No le cortaría las alas y la dejaría en Tokio, me es imposible vivir fuera de Japón por asuntos del clan. Un clan de mierda en el que no quiero ni estar, pero lo lidero por mero orgullo. Para joderle la vida a mis padres y tíos y al difunto Naoya.
¿La razón por la que Kugisaki se había mudado un mes atrás?
Discutí con ella.
Ocupé el conjunto de palabras equivocado y simplemente tomó sus cosas y se fue, no se lo impedí. En su lugar yo salí a emborracharme, como antes de conocerla.
El barista no se veía contento de verme entrar nuevamente por ahí, en ese estado.
Inclusive marcó a Panda y a Inumaki para que vinieran a recogerme por la mañana, me destrozó por completo ser tan impotente.
Tampoco la volví a buscar e ignoré sus llamadas y mensajes, días después ella me envió los papeles de divorcio y en eso terminó nuestra historia.
Una mierda.
Nada puede tener un final feliz. Al menos en mi vida, no ocurren así las cosas.
Volví al presente, lágrimas recorrían nuevamente mi rostro, mis dos acompañantes simplemente se limitaban a abrazarme en silencio.
- Puedes sacarla de tu vida todo lo que quieras, pero la que sale lastimada al final, eres tú.
- Lo sé, pero no puedo dejar que ella renuncie a su sueño, no es correcto.
- No, no lo es, pero las cosas pudieron haber sido diferentes.
- Deberías dejar tu estúpido orgullo de lado, porque lo que estás haciendo no es amor, es autodestrucción.
- Si no vas, ¿cuándo será que la vuelvas a ver?
- O quizá, cuando la vuelvas a ver ella ya haya vuelto a hacer su vida y tú seguirás en la misma página.
- Me da igual, que haga lo que quiera, ella será más feliz en París y yo seré más feliz en sus recuerdos, es todo.
No respondieron.
Simplemente se limitaron a suspirar.
- Entonces, déjala ir y firma los papeles de divorcio, si lo que quieres es que siga con su vida hazlo.
Me levanté del suelo, me dirigí a mi estudio y con la primera pluma que encontré los firmé.
Ambos se quedaron atónitos.
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Bienes Comunes | Maki x Nobara (1).
Fiksi PenggemarMaki Zenin, dueña de compañías Kaisen. Nobara Kugisaki, modelo del momento. Un trato, un desenlace y el destino tendrán que hacer su trabajo. - ACLARACIÓN; los personajes NO son míos, son de Gege Akutami.