Bienes Comunes | Maki x Nobara (1).

muérdago.

Mis ojos se abrieron de golpe, estaba en mi cama. En mi apartamento. Me enderecé y tomé el despertador.

24 de diciembre 3:29 am

Nada hacía sentido, todo parecía haber sido un sueño, la boda de Nishimiya se suponía que era ayer, pero no recuerdo haber ido. 

Lo único que recuerdo es aquél sueño. Ese que me hizo vivir tres días. Debí haber notado que era un sueño. 

Tomé mi celular y con ayuda del flash, bajé a la cocina, estaba hambrienta. 

Sin hacer mucho ruido, puse a hervir agua para preparar sopa instantánea. No sirvieron de mucho mis esfuerzos, pues una medio dormida Nobara bajó en seguida. Como si hubiera notado que mi presencia se había esfumado. 

O como si hubiera escuchado que yo estaba en la cocina. 

- Supongo que no debes de tener tanto sueño, a decir verdad, yo tampoco. Me dormí temprano ayer. 

- ¿Qué tanto pasó? No recuerdo nada. 

- Pues te fuiste a dormir como siempre, anteayer y ayer, por más que intenté despertarte no reaccionabas. Hasta me había alistado para la boda. Y cuando eran las tres de la tarde y no despertabas, me puse la pijama y tomé una "siesta" qué duró hasta estos momentos, pero al parecer ya no despertaste. - se sentó a la mesa y recargó su cabeza sobre su puño. 

- Eso quiere decir... - me llevé la mano a la barbilla, pensando. 

- Que dormiste un día entero. 

- ¿Tan cansada estaba?

- Ni idea, supongo que es por qué siempre recurres a las pastillas para dormir. 

- Eso es cierto, recuerdo que esa noche no me hacían efecto y me tomé doble dosis. - abrí la tapa del vasito con ramen y coloqué el agua. De igual manera saqué uno para Nobara y lo llené. 

- Ahí está tu respuesta sobre qué pasó ayer.

- Supongo que sí. Tengo muchas explicaciones que dar. Además mi sueño fue muy raro. 

- ¿Pues qué tanto soñaste? 

- No me vas a creer, pero soñé que decías que me querías. - comencé a reír, tomé ambos vasitos y los coloqué en la mesa, junto con juegos de palillos. 

Había poca luz, pero su cara se puso como de color rosita y sus ojos se abrieron un tanto. 

- ¿Y qué más soñaste? - colocó la mano en su boca. 

- Qué Naoya hacía aparición. 

- ¿Naoya? 

- Esa fue la parte fea del sueño. Pero el caso es que me odia por aceptar el trato del clan, ya que gracias a eso, él no será la cabeza de este- creo que mi tono fue más tranquilo de lo que debió de haber sido. 

- Lo dices con tanta calma Zenin. - ella tragó en seco los fideos que había sorbido. 

- Pues es que nos casamos en dos días, no lo puede impedir a esta altura. ¿sabes?