La poca paciencia de un gran empresario.
La ingenuidad de un lindo Doncel impertinente.
Los secretos del pasado que los une y pequeñas mentirillas piadosas...
Acaso nuestros Protagonista ¿podrán llevarse bien?
si bien es cierto que del odio al amo...
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Sentado en uno de los sillones negros de la sala de espera con una expresión nostálgica mirando un librero con detenimiento se encontraba Donovan.
—No tenías que esperar a que saliera — suspire mientras caminaba hasta estar cerca suyo.
—El blanco te queda bien— contestó con calma para después levantarse con la elegancia de una hermosa garza —Vamos, Marcos espera en el auto—tomó mi mano sin darme tiempo a refutar.
Esto no me agrada ... ¿Qué le sucede? no soy un trapo. Con calma y fuerza solté mi mano de su firme agarre.
—Primero que nada ... no soy un trapo que puedas arrastrar a tu voluntad, Segundo puedo y quiero regresar a la mansión solo, tercero no necesito ayuda para ello además necesito cambiar mi ropa de nuevo, el uniforme blanco se ensucia con facilidad, así que... -di media vuelta regresando por mi ropa. Antes de siquiera estar lejos de él, algo cayó sobre mi cabeza, cubriendo mi rostro y fui levantado como costal de papas —¡Bestia maleducada!—
—No seas caprichoso— ¡¿caprichoso?! ¿Quién diablos le dijo que me persiguiera? tengo la edad suficiente para cuidarme — Hay periodistas rodeando tu campus y pretendo sacarte de aquí antes de que tus estudios se vean afectados por el hecho de tenerlos cerca de ti todo el tiempo — ¡¿periodistas?!, de todos modos ¿Quién le dijo que podía llevarme como costal en su espalda?—
—¡Bestia bájame! — demande, intente patalear pero una de sus manos tomó mis muslos con firmeza. La palma de su mano se sentía extremadamente caliente —t tú — guarde silencio, no había persona que no me conociera en el campus y preferiría que no me reconocieran en esta situación.
Su hombro en mi estómago era fuerte y su agarre firme como si demandara a mi cuerpo no moverse. Ruidos de multitud se escucharon a la lejanía y voces que pedían mantener su distancia preguntas opacadas por otras y luego silencio y una puerta cerrándose.
—Tratamos de que no nos encontraran pero tal parece cometimos un error señor, me disculpo— Una voz diferente.
—No importa. vamos a la reservación— muy molesto me quite el saco en mi cabeza sorprendiendo al conductor.
—No vuelva a hacer eso ... la comunicación existe ¡bestia grosera!— el conductor me observó momentáneamente demostrando su asombro — ¡¿Y usted quién es?!—
—am yo...— desvió su mirada del retrovisor— Me llamo Carter soy el chofer personal del Señor Donovan — lo mire extrañado. otra vez esa mirada... porque siento que lo conozco de algún lado.
—Su rostro me es familiar — exprese con duda.
—¡Lo dudo!... mucho— dijo rápidamente susurrando lo último .
—Nunca me equivoco pero... ¿por qué me sacó cargando como saco de papas?— aún estaba molesto — Es usted una bestia sin modales. Por mucho que hubiese periodistas acechando la institución ¿no era más fácil salir por su cuenta? al que buscan es a usted no a mí — sacudí mi ropa y me quite la corbata con la insignia de la institución.