Capítulo 2

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Después de que Philip se fuera y me quedara solo en la casa me fui a dormir temprano

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Después de que Philip se fuera y me quedara solo en la casa me fui a dormir temprano. Salí de la casa dejando una nota para que no se preocupara, con el teléfono, mi violín y una bolsa de comida; me dirigí al bosque que rodeaba la gran mansión y como era mi costumbre apague mi celular.

Siempre exploraba una parte nueva del bosque e iba dibujando según los puntos clave, sin embargo no tenía una manera muy convencional de elegir el camino por el cual iría. Básicamente era al azar.

De el estuche del Violín saque una pequeña ramita de color turquesa que había estado decorando con pequeñas líneas de diferentes colores que simbolizaban las expediciones que iba haciendo, arrojé la ramita al cielo y espere que cayera para saber qué parte del bosque visitará, la ramita calló apuntando al este y así emprendí mi pequeña expedición, aunque ya me había perdido una vez cuando era pequeño así que llevaba pequeñas bolas de hilo que amarraba en las ramas de los árboles y así no perderme.

Llevaba rato caminando sin embargo no encontré nada que llamara mi atención así que seguí mi camino. Esto era prácticamente un tradición que me gustaba realizar por lo menos una vez al año. La expedición durará todo el día y regresaba en la madrugada o al día siguiente. Ya llevaba un rato escuchando el sonido del aire colarse por las hojas de los árboles, encontré un buen lugar entre las raíces que formaban un pequeña cuna, me senté y recargue mi espalda para apreciar con más claridad el sonido del bosque, saque mi violín y deslice mis dedos por entre las curvas de este, lo posicione entre mi cabeza y el hombro izquierdo, tome el arco colocándolo sobre las cuerdas.

Deslizaba con calma y delicadeza el arco por sobre las cuerdas, la melodía sonaba con calma y delicadeza.

Y ahí estaban otra vez aquellos recuerdos que prefería dejar en el olvido... mi hermano...

Grande, protector, seguro y cálido. Tal y como lo recordaba pero ahí estaba la nostalgia y el dolor de su recuerdo como una barrera protectora grande y fuerte difícil de romper...¿Por qué?...¿Por qué no llegaste?...lo prometiste ....te esperé...¿Acaso te olvidaste de mi?.

La melodía cesó, solté el violín y este cayó provocando un sonido hueco.

Las lágrimas corrían a prisa por mis mejillas una tras otra sin fin.

Maldito sea el día en que lo perdí todo, entre ellos tú recuerdo en viva voz se esfumó, malditas sean tus palabras y la calidez de éstas porque...

"¿Sabes por qué este día es mi día favorito Dani?".

-No, no lo sé pero... no lo digas- mi cuerpo empezaba a temblar.

"Por qué nació la cosita más linda y adorable que jamás haya conocido, ¿sabes quién es?".

-Basta, por favor, basta- los hipidos se hacían más fuertes.

"Tú... desde el día que llegaste, mi vida tiene luz y alegría pequeño ".

Seguían cayendo las lágrimas como riachuelos, sabía que no pararían.

Secretos PeligrososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora