Capítulo 5

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Nueve días

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Nueve días ...¡Nueve días! dentro de mi recamara comiendo Sandwiches y golosinas , días enteros de estudiar, no había salido para nada ,mi piel era blanca y ahora parecía un fantasma, sabía que los Donceles teníamos ese aspecto delicado y angelical pero parecer fantasma por el color de mi piel no me parecía nada agradable , Carol y yo teníamos una amistad un poco más afín ,el estar encerrados nos hizo conocernos más, bueno yo era el encerrado y ella solo me acompañaba, cuando desperté en la mañana me sentía mareado y un poco débil

-¿Dani te sientes bien? -no me di cuenta de que había entrado

-am...yo ...hoy no es un buen día, ¿puedes dejar la bandeja en el escritorio?-escuche cómo se acerco ala cama y me arrope más con los grandes edredones blancos y suaves, metió la mano dentro y acaricio mi cabello y tocó mi frente

-No tienes fiebre, dejaré la bandeja cerca por si no quieres bajar de la cama ,si me necesitas estaré abajo,supongo que quieres estar solo-y suponía bien

No contesté seguí enroscado en las cobijas ,no me sentía bien ,me sentía decaído ,melancólico y desesperado como si las respuestas fueran difusas, había soñado con mi hermano y no fue triste fue hermosos pero cuando la realidad me golpeó sólo quise que las cobijas me protegieran, a pesar de no ser un escudo muy fuerte eran lo suficientemente suave para darme un confort amigable.

Desayune despacio, la comida se enfrió y el jugo perdió un poco su sabor,deje la bandeja fuera y regrese a mi cama, observe mi violín a lo lejos, en una esquina observando compartiendo mi dolor, me pare nuevamente y lo traje conmigo, sentado en aquella pequeña tormenta sobre mi cama toque una melancólica melodía, a momentos mis manos temblaban y quería parar pero no lo hacía, si la melodía podía llevarse mi tristeza en cada nota pues estaba dispuesto a seguir hasta que aquella aplastante melancolía me dejara, en el momento que deje de tocar escuche un gran alboroto, el rugir de una moto y el motor de un auto ,no era la suficientemente preocupante como para hacer que la curiosidad me hiciera pararme, decidí regresar a la maraña de cobijas y almohadas, y descansar un poco más, el ruido era amortiguado por el algodón del "refugio", el sueño regresó inmediatamente.

-¡Daniel!-la puerta fue abierta brutalmente -¡Daniel,¿dónde estás?!- ni bien reconocí la voz empecé a temblar

-Verose-susurre, mientras no me moviera no me encontraría , es más si no respira seguro pensaría que solo soy un bulto y se iría

-¡te encontré!- un escalofrio recorrio mi cuerpo, ella enserio daba miedo... ocasionalmente ,escuché como rápidamente se acercaba a la cama

-¿Quien demonios es usted?-la voz de Carol sonaba preocupada

-Tranquila es ...mi...¿Amiga?- saqué mi mano para restarle importancia y que supiera que estaba bien

-¿por qué lo dudas? - salí de entre mi pequeña "guarida"

-por qué estás demente - observe como Carol se mantenía a la expectativa -Tranquila no va a hacerme nada ,¿molesto a los de seguridad ?-

-así,sobre eso...los chicos vinieron - sonreía y se rascaba la nuca mostrandoce inocente

Secretos PeligrososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora