Capítulo 4

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— ¿Solo el vestido? —Pregunta y yo me la quedo viendo, como si fuera un fantasma — Señorita... ¿solo el vestido?.

— Si, solo el vestido — Sonrío al recordar que Nayeon esta con nosotras.

— Jennie voy a buscar algo en la siguiente tienda, ya vuelvo — Avisa y se va.

— Así que tu nombre es Jennie — Dice con una enorme sonrisa — Lindo nombre.

— Lalisa deja de actuar de esta forma, apenas nos conocemos.

— Te espero mañana — Guiña y me pasa la tarjeta — Tengo muchas cosas que enseñarte...

— Olvídalo porque no iré — Su rostro cambia, de estar sonriente ahora esta algo cabizbaja— Tampoco quería volver a verte, pero mírame — Digo y ruedo los ojos — Estoy aquí, hablando con una chica que se supone es mi tutora — Murmuro mientras me acerco a ella— sexual... — Culmino y frunzo los labios disgustada.

— De todas formas te esperaré, siento que si quieres ir pero tu tonto prejuicio es más grande — Desvío la mirada — Cuando te vi en aquella habitación, supe que te conocía de algún lado, y ahora se de donde — Sonríe y sus tontos hoyuelos se marcan.

— Hasta nunca —Me despido y con rabia me voy, ¿que se cree?. No volveré a verla en mi vida, prefiero evitarla antes de estar cerca de alguien como ella, solo arruinaría mi vida y me tacharian de puta como las demás.

Salgo del centro comercial hecha una fiera, entro al auto y parto a mi casa, no quiero hablar con nadie, ni ver a nadie y mucho menos saber de la existencia de una chica llamada Lalisa.

Suficiente tengo con saber que me enseñó a como masturbarme, doblo en la segunda calle y siento que me falta algo, veo por el retrovisor y no recuerdo así que me apresuro a llegar a casa, al entrar y cerra la puerta me doy cuenta que...

— ¡Nayeon! —Exclamo y como si la hubiera llamado mi teléfono suena y al ver quien es trago en seco y atendió— ¡Mujer de mi vida!.

— Cállate, voy directo a mi casa y no creas que volveré a salir contigo —Corta y me deja con la disculpa en la boca, este tipo de cosas me pasan desde que conozco a esa chica.

Le envió un texto disculpándome y entro a mi habitación, lo primero que veo es mi cama que se ve tan apetecible, salto y me cubro con las sábanas de algodón color verde agua, el olor a vainilla inunda mi hogar y una pequeña sonrisa se planta en mis labios, se sentía bien estar tan cómoda.

Suspiro por la satisfacción que me brinda las almohadas y cierro los ojos, quedándome dormida al instante.

(•••)

— Sabía que vendrías —Su voz entra como cuchillas en mi cabeza que me dejan pensando en si fue una buena idea venir, la pequeña capa de sudor que recubre mi frente es un gran indicativo de que estoy nerviosa y apunto de estallar de vergüenza.

Luego de estar dialogando conmigo misma me di cuenta que tenía que venir y seguir con todo como si nada hubiera pasado, total esto me serviría para futuras parejas o enseñarle a mis amigas, seria divertido que me buscaran para saber sobre temas sexuales pues ya me cansé que siempre me pregunten que les queda bien.

Además siento que vivo dos vidas muy distintas, una en la que soy una chica tímida que apenas tiene amigas y viste a las modelos más hijas de puta que hay en el mundo y la otra es una chica que es capaz de recibir clases sexuales, audaz y muy extrovertida.

Sintiéndome como la persona que soy ahora, alguien divida en dos, doy mi primer paso con seguridad y me siento en la cama con la única diferencia que mis piernas están levemente abiertas dejando que la pequeña luz que entra por la ventana caiga en ellas y le de una amplia visión a Lalisa de mi cuerpo.

Sex Education (Jenlisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora