𝗦𝗜𝗟𝗘𝗡𝗧 • lee suhyeok

1O

MENTIRÍA SI DIJERA QUE no se había mantenido pensando en lo mismo por la siguiente media hora, fastidiándose un poco más cada vez que llegaba a la misma conclusión de antes.

Alrededor de media hora había pasado luego de dejar su mensaje en la cámara, media hora en la que intentó enfocarse en pensar un plan para que todos pudieran subir a la azotea pero sin poder concentrarse del todo. Ya bastante harta de aquel feo sentimiento, se obligó a sí misma a pasar la vista por cada objeto y cada mueble que se encontraba en aquella sala, posando la mirada finalmente sobre el aparato que habían usado para dejar un último saludo. ¿Cómo no se le había ocurrido antes?

Levantándose de la silla donde estaba descansando y buscando en su mochila desesperadamente por el cargador de su celular, no tardó en encontrar el cable USB y desconectarlo de su respectivo enchufe.

— ¡Tengo una idea!— exclamó Sun-I repentinamente, llamando la atención de todos y asustando a un par que estaban dormidos— Podemos usar la grabación del coro para atraer a los zombies.

— Pero el volumen no es lo suficientemente alto como para que llame la atención de ellos— opinó Hyo-ryung tallándose los ojos con cansancio y bostezando levemente.

— Tengo un cable USB, podemos usarlo para conectar la cámara al televisor y...

— ¿Alguien más escuchó ese ruido?— preguntó Nam-ra, interrumpiéndola al ponerse de pie y acercarse hasta la pared que daba al pasillo.

Todos se callaron para intentar oír lo que la presidenta decía, no obstante ninguno allí fue capaz de percibir el supuesto ruido que ella escuchó y eso solo alteró un poco los nervios de algunos.

— ¿Qué escuchas?

— Como si alguien vomitara— con el ceño fruncido y sintiéndose extraña porque no se oía como algo cercano, Nam-ra respondió y se volvió a quedar en silencio por unos segundos para concentrarse en ello— Se detuvo.

Si los zombies se guiában principalmente por el ruido, ¿eso quería decir que probablemente Nam-ra estuviera desarrollando la misma agudeza auditiva? Hyo-ryung no pudo evitar acelerar un poco su respiración, asustándose un poco con la tensión que su compañera había creado de un momento a otro.

— ¿Tienes miedo?— cuestionó Nam-ra al escuchar su respiración destacándose por sobre la del resto y provocando que la chica casi temblara en su lugar— Es que tu respiración se escucha más fuerte que las otras.

Abrumada era la palabra perfecta para describir cómo se sentía en aquel momento. Podía escuchar todo con lujo de detalles, como Ji-min jugaba con sus manos o el rugir del estómago de Dae-su, Sun-I tronándose los dedos y hasta la flatulencia de Woo-jin, quien repentinamente se sintió vulnerable al tener la vista de la chica clavada sobre él.

— No me digas que tienes superpoderes— dijo Dae-su como si fuera una broma, mas cuando nadie le respondió, no pudo evitar sentirse emocionado al respecto— ¡Tienes superpoderes!

— Salgamos de aquí, este lugar es extraño— murmuró Nam-ra, poniéndole de los nervios pasar un segundo más en la sala con la zombie debajo del piano aún pateando las teclas y aquellos ruidos apenas audibles que salían del almacén de instrumentos.

— ¿Pero tendremos tiempo para correr una vez que estén aquí?— aun sin fiarse completamente del plan de Sun-I, Ji-min inquirió con un molesto tono de voz, más como si estuviera exigiendo una solución en vez de expresar su preocupación sobre el tema.

Quizás On-jo no tuviera las mejores calificaciones del mundo y menos de su clase, pero tenía cabeza para idear planes y ya se le había ocurrido algo para contribuir al escape.