Raikken condujo de regreso. Se habían sacudido la tierra lo mejor que podían al subir al auto en el bosque, pero no sabía que aspecto realmente tenían. Trató de acomodarle el cabello a Mian antes de bajar limpiandole la tierra de la mejilla. La pala regresó a su sitio y la bolsa que había hecho de soporte a los restos de Gael terminó en el contenedor del edificio. Al parecer la cajuela no se había ensuciado.
Raikken entró a su apartamento notando que seguía siendo un desastre y deseándo verlo limpio ahora con un poco más de orden en su cabeza. Se quitó las zapatillas y el resto de la ropa en el lavadero, hizo que Mian también se desvistiera allí metiendo la ropa de ambos a la lavadora y poniéndola en marcha.
Le tomó la mano a Mian conduciendolo al baño, besándole los hombros lentamente mientras el agua tibia comenzaba a caer sobre ambos. Le miró las manos entre las suyas. Ambos tenían heridas por la pala. Le lavó el cabello con suavidad portandose especialmente atento con él, como si cualquier cosa pudiese romperlo, por eso mismo no quiso preguntarle cómo se sentía.
Mian por su parte todavía se sonrojaba un poco cuando estaba desnudo frente a él, había tomado su mano algo intrigado y sintió que podía derretirse en sus brazos mientras miraban sus manos, se preguntaba si alguien más había tenido la posibilidad de conocer ese lado suave y tierno. Cerró los ojos sintiendo cómo le lavaba su cabello, suspiró entrecortado enamorado por ese detalle en silencio, dejando caer el agua luego por su cabello. Se volteó lavandole también el cabello, teniendo que estirarse un poco más hacia arriba para alcanzarlo y pegandose a él, concentrado en ello, le sonrió apenas.
Raikken se enserio al sentir el cuerpo de Mian pegado al suyo reaccionando enseguida. Lo abrazó de la cintura presionandolo con fuerza sobre su erección mirándole a los ojos mientras sus manos se deslizaban por su cadera hasta su trasero buscando muy de a poco su entrada.
Raikken se acercó lento a sus labios probandolos.
- Quiero.. Ahora. - Raikken lo giró algo brusco, apoyándole las manos en los azulejos y bajando con su boca a su entrada, abriéndolo con sus dedos. Estaba desesperadamente excitado usando su boca para demostrarlo.
Mian se había dejado llevar por la suavidad del momento por lo que lo tomó un poco por sorpresa habiendo sentido su erección. Frunció el ceño enseguida comenzando agitar su respiración.
- Qué.. Ahh.. - sus piernas temblaron teniendo que agacharse un poco, juntando sus rodillas. - no hagas.. No.. Me siento muy.. - entrecerró los ojos demasiado sensible apoyando su pecho en los azulejos, no sabía que le pasaba, podía llegar sin tocar su miembro y así lo hizo teniendo un orgasmo húmedo mientras gemia presionando la pared con sus dedos. Sintió calor en el rostro con un dejo de timidez - uhg..
Raikken recorría a Mian lascivo con su boca y sus manos. Sintió la tensión de su cuerpo abriendo los ojos y parándose detrás de él. Apoyó el mentón sobre su hombro mirándolo por encima.
- Ya... acabaste? - preguntó entre inocencia fingida y divertido comenzando a entrar en él. - MH... - cerro los ojos nuevamente. La actividad del día lo tenía cansado pero el sexo con Mian era algo que no había experimentado, aunque extrañaba un poco el comienzo de su relación. Aquel Mian intentando ser descarado pero asustado como un gatito entre las sábanas del hotel.
- No te burles!.. - Mian frunció el ceño ladeando la cabeza para mirarlo, pero se encorvo enseguida al sentirlo entrar, apoyando la frente en los azulejos. - pero recién.. Terminé.. - susurró sintiendo como su erección volvía mirando hacia abajo algo adolorido pero encantado. Tragó saliva echándose hacia atrás, acurrucándose en sus brazos y levantando un poco la pierna para que pudiese entrar profundo.
- Yo apenas voy comenzando... - le sostuvo la pierna comenzando a embestir mientras besaba su espalda. - no tengo la culpa de que llegues cuando apenas te toco. - lo miro de reojo presumido lamiendole el labio inferior.
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Mataría Por Ti (18+)
Mystery / ThrillerDos opuestos se ven envueltos gracias a un evento en común, un chantaje que los guiará por los caminos de la ilegalidad al asesinato y por qué no, con un romance de por medio. Detrás de la sonrisa popular de Raikken y de la mirada tímida de Mian se...