- Quiero comerte...
Mian se dejó llevar al jacuzzi confiando plenamente en Raikken, como si en sus brazos jamás fuese a caer. Al sentir el agua y las burbujas tibias comenzó relajarse e impacienta ese, mirando por encima de su hombro qué haría. Agachó la cabeza al sentir sus besos y su erección frotar, era imposible no buscarla con su cadera, su entrada tensandose y soltando seguido mientras se estremecía, moviendo la cadera impaciente en esa posición.
- Qué esperas.. - insistió caprichoso y sonrojado mirándolo apenas hacia atrás. Sintió la puerta indicando que había llegado el servicio.
Raikken escuchó la puerta, bajó su ropa interior empujando en él entrando poco a poco hasta hacerlo por completo y embistiendo profundo.
- No es un poco... excitante?... tenerme dentro mientras ... - Raikken le inclinó la cabeza para que pudiera ver al mesero. - hay alguien más aquí... que puede ver ese gesto tuyo... y oír tu respiración agitada? - susurró en su oído mirando también al chico. Embistió con fuerza buscando sus gemidos cerrando los ojos y respirando entre sus cabello mientras las manos de Raikken acariciaban el interior de sus piernas, su cadera y rozaba su miembro sin parar en éxtasis.
Mian agrandó los ojos mirando al chico, apretando la mandíbula al sentirlo entrar, estaba más tenso de lo normal, su carácter introvertido no lo ayudaba.
- Ahnn.. No.. Qué haces - pudo repetir agitado intentando salir de esa posición, vio la mirada nerviosa del mesero y las mejillas sonrojadas escuchando la respiración de Raikken, esa respiración como un animal que lo llevaba a satisfacer sus deseos más primitivos. Comenzó a humedecerse ya sin poder guardar los gemidos. Juntando las rodillas mientras se movía hacia delante con las embestidas de Raikken. - estás.. Loco.. - logró decir extasiado, como si la vergüenza fuese un motivo mas para aumentar la lujuria, lo dejaba más sensible, sosteniendole la mirada al chico con sus ojos llorosos y una expresión descarada de placer.
- Tu... me vuelves loco. - Raikken abrió los ojos buscando su boca viendo cómo miraba al chico. Frunció el ceño mordiendo su mejilla. - quieres invitarlo? - Empujó con fuerza posesivo buscando su mirada y su boca vigilandolo con recelo. Había sentido algo de incomodidad por el interés de Gael en él, pero ahora entendía, no quería esos juegos. - ya no lo mires... solo a mi.
Mian soltó un gemido algo agudo al sentirlo empujar con mas fuerza, sollozando y buscando su boca para consolarse.
- Me dijiste que lo.. Mirara!..- le reclamó obedeciendo enseguida, le intimidaba y le encantaba verlo así, aunque le daba algo de vergüenza que pudiese ver sus expresiones de placer y dolor tan lascivas. - mmh.. Solo tú, solo tu.. - dijo sin aire volviendo a gemir, apoyando su cabeza en el hombro de Raikken mirando el techo perdido a punto de llegar. - no.. Voy a eyacular.. - solo en segundos se había olvidado completamente del chico.
Raikken tomó su miembro presionandolo con fuerza, con el pulgar en la punta.
- Sé que lo dije, pero ya no quiero...mmh No. aun no termines... aún no. - Raikken susurraba perdido embistiendo sin parar, ocupando su boca en la piel blanca de Mian marcándolo sin importarle. En un principio había deseado frenar la eyaculación de Mian pero su mano sujetándolo no podía sino moverse en él buscando su placer, no podía estar quieto, quería abarcarlo por completo.
Mian comenzó a sollozar más suplicante al sentir su dedo en la punta, clavando sus dedos en su brazo, sujetándose y levantando una pierna desesperado para acomodarse.
- Vamos.. Dejame terminar, por favor.. Quiero.. Terminar - rogó entre gemidos mirando su mano, no fue necesario seguir tocándolo, llegó con fuerza solo por el estímulo de su entrada y su miembro dentro. Lo apretó con fuerza dentro suyo casi gritando, apoyando su espalda en el pecho de Raikken.
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Mataría Por Ti (18+)
Misterio / SuspensoDos opuestos se ven envueltos gracias a un evento en común, un chantaje que los guiará por los caminos de la ilegalidad al asesinato y por qué no, con un romance de por medio. Detrás de la sonrisa popular de Raikken y de la mirada tímida de Mian se...