Raikken tardó un poco más en dormir. Lo observó durante un rato dibujando sus facciones con un dedo hasta dormirse con él.
La habitación era un desastre. Estaban acostados fuera de las almohadas y tapados como habían podido. Las bata en el suelo. Una copa se había caído de la cama y todo por la alfombra, el jacuzzi burbujeando se apagó automáticamente durante la noche.
🩸🩸🩸
Despertó con el sonido de la alarma de su reloj en la muñeca. Tenían clases y no había chance de faltar luego de haberse tomado tanto tiempo. Raikken se estiró sintiendo que apenas había descansado. Se sentó somnoliento en la cama tratando de entender el contexto. Sentía el cabello completamente revuelto recordando los dedos de Mian acariciarlo mientras gemía. Sonrió de lado recostandose otra vez abrazándolo.
- Tomemos una ducha juntos. – Raikken se quejó, apretandolo para que despertara.
Mian frunció el ceño realmente molesto de ser despertado, estirándose como un gato.
- Cómo?.. Qué?.. Nooo.. – murmuró entredormido abrazándose de la almohada sin abrir los ojos – un ratito más.. Solo..un..- comenzó a respirar profundo nuevamente.
Raikken apartó las sábanas mordisqueandole la espalda.
- Fin de la inmunidad por cumpleaños. Debemos ir a clases. – salió de la cama tomándole de los tobillos y jalando de él hasta cargarlo, besó su mejilla llevándolo a la ducha y dejándolo parado allí desnudo y somnoliento abriendo el agua caliente metiéndose tras él. – vamos, ayudame no puedo hacer todo. – se enjabonó las manos acariciandole la espalda y dibujando su silueta curva. Su cintura pequeña y sus cadera sin poder evitar una erección al llegar a su trasero. – uhg… me hace mal … es que no puedo estar cerca tuyo.. – se apretó a su cuerpo frotando su miembro entre las piernas de Mian. – debes pensar que soy un sexopata.
- Lo eres.. – dijo entre dormido bostezando, pasando sus manos por sus ojos intentando despertar. - mff.. – se sonrojó al sentir su miembro, todavía algo atontado por el alcohol que había bebido esa noche, siendo la primera vez que bebía tanto. Se agachó un poco apoyando su mano en los azulejos y levantando su trasero mirándolo de reojo sobre su hombro. – todavía te siento dentro, terminaste en mi y no me limpiaste.. – murmuró estirando su trasero con la otra mano, mostrando su entrada. Esos eran detalles que recordaría difusos una vez pasado el efecto del alcohol, había descubierto que beber lo desinhibía de sobre manera y lo ponía honesto y caprichoso. – Quieres entrar?
Raikken volvió a estremecerse apretandose a su cuerpo, resoplando agitado de lujuria. Enterraba los dedos en la piel de Mian por el deseo de tocarlo y poseerlo. Mordió su cuello desnudo, una marca muy cerca de su garganta entrando en él con profundidad moviéndose en ondas sin despegarse para nada del cuerpo del chico. Lo recorría con ganas ya sin saber cómo expresarse.
- Eres tan injusto. – Raikken susurró con la mandíbula apretada empezando a embestir más rápido. – me estás volviendo loco, Mian.
Mian gimió abriendo los ojos sorprendido, comenzando a temblar mientras se aferraba con sus uñas clavadas en sus brazos.
- Nnhg.. Espera, muy profundo!.. – sollozó encorvandose, intentando escapar obviamente sin posibilidad, al momento de sentirlo embestir más rápido terminó apoyando su pecho en los azulejos junto a sus manos creyendo que podía caer si no se sostenía. – por qué tan.. Oh.. – mordió su labio inferior al sentirlo presionar su punto rápido, sin poder evitar gemir lascivo, una de las cosas que amaba de tener sexo con Raikken era que él se apoderaba completamente de su cuerpo, haciéndolo sentir deseado y a la vez un poco asustado por las sensaciones que llevaban su cuerpo al límite, como una sobredosis de placer que borraba todo aquello que no fuera Raikken penetrando en esos momentos, se atontaba sin poder pensar en nada más.
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Mataría Por Ti (18+)
Misterio / SuspensoDos opuestos se ven envueltos gracias a un evento en común, un chantaje que los guiará por los caminos de la ilegalidad al asesinato y por qué no, con un romance de por medio. Detrás de la sonrisa popular de Raikken y de la mirada tímida de Mian se...