Speechless / Love & Nine

Chapter 17 🌼

Por ahora, ya no quiero estar aquí.

Sequé de mis lágrimas con las mangas de mi muñeca, y salí casi que corriendo de este lugar. Quería estar solo, quería respirar aire fresco y olvidarme de todo por un momento.

Y qué mejor lugar que en el parque para pasar un tiempo tranquilo.

15min bastaron para encontrarme sentado en el mismo árbol donde solía sentarme junto a Galbi...

Aunque no lo exprese, yo echaba de menos a mi perro, quizás si él estuviera aquí conmigo nada de esto estuviera pasando...

Eché mi cabeza hacia atrás y cerré mis ojos fuertemente para tratar de no pensar en más cosas tristes.

Tranquilidad fue lo primero que no pude conseguir ya que un lamido en mi mejilla derecha me hizo sobresaltarme abriendo mis ojos asustado.

—Max, ven— Le llamó un chico castaño de mediana estatura. El perro era idéntico a Galbi, si no se llamara Max, diría que es mi perro.

Y otra vez la nostalgia se hizo presente.

—Disculpa, es que aún no lo entreno bien— Trataba de agarrarlo, pero éste se arrinconaba más a mí emocionado— Perro loco, vamos, ya debemos irnos.

El chico le colocó la correa, pero éste se quedó quieto poniendo resistencia.

—Y a ti que te pasa eh muchacho— Dijo un poco extrañado. Saqué mi libreta de mi mochila y comencé a escribir algo en ella, él parecía no entender por qué la había sacado.

-- Hola, soy Wookjin, sí sí no hablo, pero sólo quería decirte que tu perro me hace recordar mucho al mío... Quizás si te acompaño a llevarlo se quiera mover ^^ --

—Oh bueno, hagamos el intento— Me extendió la correa y éste enseguida se puso feliz y me jaló arrastrándome, aunque yo trataba de poner fuerza, era algo que no servía de nada.

—¡Espérenme! — Escuché su voz detrás de nosotros. Enrollé más la correa en mi brazo y de un tirón; lo detuve, no tan brusco, pero si a tal punto que diera un pequeño saltito.

—Agg.. ustedes... Corren... Mucho— Dijo entrecortado, para luego dar un gran respiro y proseguir a hablar más tranquilo— Que mal educado soy— Esta vez caminamos los tres a un mismo ritmo— Soy SungHo, un gusto Wookjin— Me sonrió de manera muy agradable.

Para responder, escribí una nota mientras sostenía aún al perro. Un poco checo, pero se entendía lo que quería decir.

-- El gusto es mío, ¿Vives muy lejos? --

—De hecho, vivo a 2 cuadras de aquí, me acabo de mudar hace 2 días, pero si es mucha molestia puedo tratar de ir solo— A lo dicho, negué energético y luego escribí:

-- Es que... Me gustan los perros, y el tuyo en especial me hace recordar cómo había dicho antes a Galbi, mi perro. --

—Ouh ¿Y qué le pasó? — Cuestionó viendo su caminar con las manos en sus bolsillos. Iba tan concentrado escribiendo, que la verdad no me fijaba por dónde íbamos, lo que sí sabia era que pasaríamos por mi antigua casa... Pues él vivía cerca de allí.

-- Lo perdí... --

Le iba a entregar la nota, pero se me resbaló por querer agarrar bien a Max cayendo en un charco de agua.

—No te preocupes, igual ya llegamos— Levanté mi vista del papel y miré en donde estábamos, y que creen.

Era mi casa. ¡Por qué diablos estábamos en mi casa!

Negué repetidas veces algo asustado y molesto mientras daba pasos hacia atrás.

—Oye, ¡Oye!— Agitó una mano frente a mí despertándome de mis pensamientos— ¿Estás bien? Estás muy pálido... Ven, pasa— Me tomó del brazo junto a Max llevándome adentro. Me sentó en el que era MI sofá y se fue a buscas algo de agua.

Max seguía a mi lado y de repente se subió al sofá dejando su caer su cabeza en mi regazo.

Lo miré un poco sorprendido y la voz de SungHo lo hizo bajarse.

—¡No! Te he dicho que en el sofá no— Lo regañó y se sentó en el lugar de él extendiéndome el vaso con agua— Lo siento, tiene esa mala costumbre de quererse montar en los muebles y sobre todo en la cama, el que lo educó lo hizo muy mal— Abrí mis ojos de par en par a lo dicho y luego saqué rápido de mi libreta.

—Oye seguro que estás bi-

Lo interrumpí, dándole lo escrito casi que pegándolo de su cara.

—Ok Ok lo leeré— Sonrió un poco y lo alejó de su rostro.

-- Por mera casualidad... ¿Dónde compraste a Max? --

—Ouh no, no lo compré, el día que llegué aquí él estaba todo sucio y parecía haber pasado trabajo pues estaba en toda la puerta como esperando que alguien le abriera... Seguro los dueños de esta casa lo abandonaron y como no soy malo, lo recogí.

Miré a Max quien me observaba acostado en el suelo y sin pensarlo más, me le abalancé con los ojitos aguados en un fuerte y sincero abrazo que tanto deseé darle.

Te encontré...

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Nos leemos luego

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