Chapter 11 🌼

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Estábamos ya al frente de la dichosa cafetería. Al frente de ésta, se encontraba la empresa donde trabaja el señor Seojoon.

Entramos y la campanilla del lugar nos dio la bienvenida.

—¿Buenas...? — Preguntó Jisung inseguro, ya que no se veía nadie atendiendo.

—¡Bienvenido! — Dijo el encargado amablemente saliendo detrás de la barra— ¿Puedo serviles en algo jóvenes? — Sonrió amablemente, colocando dos vasos de cristal sobre la mesa.

—Ahm...— Tomamos asiento en la barra y miré a Jisung para que prosiguiera— Estamos aquí por la oferta de trabajo.

—Oh ustedes son los empleados recomendados por el señor Seojoon, claro claro, los estaba esperando— Se agachó nuevamente detrás de la barra, para luego extendernos dos uniformes— Demuestren que merecen el empleo.

En eso, sonó la campanilla dando a ver dos jovencitas entrar al lugar.

—Y ellas son sus primeras clientes— Hizo un ademán para que prosigamos. Miré a Jisung inocente y él sólo me miró asintiendo.

Nos dirigimos a un pequeño cuarto a cambiarnos, mientras el encargado de nombre desconocido preparaba el pedido de las chicas que nosotros debíamos entregarles.

Una vez listos, el primero en la prueba fue Jisung. Yo sólo miraba desde lejos pensando en cómo ganarle a tal belleza.

Éste tomó la bandeja seguro de sí mismo y se dirigió con una hermosa sonrisa hacia las chicas.

—Bienvenidas al café, aquí está su pedido— Colocó las dos tazas de capuchino frente a cada una— Espero lo disfruten— Hizo una pequeña reverencia, para luego venir hasta donde yo me encontraba junto al jefe.

—¿Y bien? ¿Cómo lo hice? Creo que también podría aprender hacer otras cosas si es necesario, la verdad no sabía qué decir...— Miró al encargado intrigado de su respuesta.

—Lo hiciste muy bien, y por lo visto serás el centro principal de atención de las chicas— Apuntó con su barbilla a las jovencitas que lo miraban entre risitas. Jisung sólo se sonrojo por su comentario— Y tú— Se refirió a mí— El señor me contó que no hablas, eso no es un problema, te enseñaré como preparar varios aperitivos y tu amigo los servirá, por cierto, que maleducado soy, mi nombre es Jung Taek Woon pero pueden llamarme Leo, su jefe de ahora en adelante.

—Él es Wookjin— Contestó por mí— Y yo soy Park Jisung

—Bien bien, basta de tanta charla, ahora vamos a trabajar— Nos regaló una última sonrisa. Di la vuelta para quedar detrás de la barra y comenzar con mis lecciones en la cafetería

Creo que esto por un lado era muy bueno, por fin aprendería hacer algo por mi cuenta.

🌼 🌼 🌼

El horario de trabajo había acabado y ya era hora de cerrar. Nos fue muy bien para ser el primer día. Aprendí hacer café, licuados y Cupcake's, eso me tenía emocionado. Por otro lado, Jisung ya tenía sus bolsillos de su delantal casi llenos de números de chicas.

No sé por qué, pero cada vez que una de ellas intentaba llamar la atención de él, sentía algo dentro de mí. No sé realmente qué es y tampoco quiero averiguarlo.

—Bien chicos, es todo por hoy peero, tú deberás quedarte a limpiar el lugar y cerrar al terminar todo— Señaló a Jisung entregándole las llaves.

Éste suspiró pesado, para luego asentir lentamente a lo dicho con una exigua sonrisa.

Si Jisung se queda, yo también... Ni modo que me vaya caminando.

Yo sólo me quedé sentado en la barra tomando de un licuado de fresas que yo mismo compré mientras veía a Jisung quejarse y murmurar cosas mientras barría.

—Todo yo, todo Jisung, Jisung ve hacer esto, Jisung ve a traer los vasos, Jisung Jisung Jisung, me voy a cambiar el nombre...— Murmuraba. Era gracioso ver al princeso que nunca hace nada barrer

—¿Y tú que ves? Deberías ayudarme...— Masculló. Reí un poco en silencio y me acomodé más en mi asiento haciendo un ademán para que continúe.

—Claro, como el consentido no puede hacer nada, que lo haga Jisung — Continuó quejándose mientras recogía de la basura. Me giré para dejar de verle y sólo observaba la gran cantidad de frutas y cosas ricas que había en los estantes. Pero algo en específico llamó mi atención.

Eso eran... ¿Paperos? ¡Yo amo los paperos! Recuerdo que los comía mucho cuando era un niño, nunca llegué a jugar su jueguito, yo prefería comerlos. Y aún prefiero comerlos.

Quiero uno. O dos. Mejor compro 10 para el camino.

Saqué el dinero del bolsillo de mi pantalón y di la vuelta a la barra para tomarlos y dejar el dinero al lado del frasco. Volví a mi asiento y empecé a comerlos con mucho gusto.

—¿No te cansas de comer? ¿Qué es eso? — Me miró curioso. Se lo mostré y él se acercó a mí tiernamente dejando caer la escoba al suelo— ¿Puedo... comer uno? — Gachó su cabeza relamiéndose sus labios. Lo miré pensando si darle o no con uno de los dulces en mi boca.

—¿No me vas a dar? — Hizo un tierno puchero con mirada neutra— Entonces dame del que tienes en la boca— Me miró con una sonrisa ladina apoyándose de mis muslos, para luego inclinarse hacia mí y tomar la otra punta del dulce entre sus labios. Abrí los ojos a más no poder por tal acto inesperado. Estaba inmóvil, sorprendido y hasta asustado de que me tocara con sus perfectos labios.

Fue mordiendo poco a poco mientras que yo simplemente no hacía nada, ni mastiqué el pedazo que ya tenía en mi boca. Éste llego a un cierto punto que ya estaba a 3 centímetros de mí.

Aguanté un poco la risa apretando fuerte mis ojos, porque sabía que ya iba acabar.

Cosa que no pasó porque siguió mordiendo del dulce, ya estaba demasiado pero demasiado cerca de mí, hasta el punto que llegué sentí un poco su labio inferior rosar con el mío y por fin lo mordió para separarse de mí.

Llevé mi dedo índice lentamente a mi labio un poco fuera de sí.

—Estaba muy rico— Sonrió como si nada y siguió con su labor de limpieza.

—T-tú...

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Ando con toda en las actualizaciones 

Nos leemos luego

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Speechless / Love & NineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora