Speechless / Love & Nine

Chapter 19 🌼

Me sentía realmente muy nervioso, era como una presión de repente en el pecho que no me dejaba reaccionar junto a 100mil preguntas que daban vueltas en mi cabeza.

—Ya sé que estas preguntando quién me lo dijo...— Gachó su cabeza para continuar hablando: — Disculpa, pero... Escuché a Ryujin hablando con su madre que... Pues... tú estabas llorando— Hizo una pausa y levantó su rostro para mirarme a los ojos— ¿Era por mí?

Cerré mis ojos bajando mi mirada nuevamente y él la subió de nuevo.

—Dime. ¿Era por... Mí?

¡Esa chismosa! Pero me va a escuchar.

-- Claro que no, cómo crees que voy a llorar por alguien como tú --

Éste se quedó unos segundos analizados las palabras escritas en papel y luego reaccionó.

—Tú escuchaste cuando Kyubin preguntó que si tú me gustabas. ¿Verdad? — Cuestionó seguro. Creo que no debí escribir las mismas palabras que él dijo cuando se refirió a mí.

Negué un poco intimidado abrazando más de la almohada.

—Te contaré lo que pasó— Se quitó sus zapatos y subió a la cama acomodándose en posición de indio frente a mí, tomando una de las almohadas colocándole en sus piernas para proseguir— Después que te fuiste, ellos siguieron en su discusión de quién se quedaría conmigo como si yo fuera un objeto... Les dije que no saldría con ninguno de los dos por el simple hecho de que son mis amigos... Y no quería que ninguno saliera lastimado. Tristemente rechazarlos no funcionó, ellos se molestaron y me dejaron con la palabra en la boca, quise venir hablar contigo, pero pues, el rechazado esta vez fui yo— Sonrió tímido para sí mismo— Pero... Lo que dije pues... No tengo explicación alguna... No sé ni por que dije eso— "Susurro" para sí mismo lo último dicho, pero igual pude alcanzar a oírlo.

Esto no puede ser... Mis dos amigos junto a mí, gustamos de la misma persona...

Bueno, igual ninguno de los tres tenemos oportunidades, si hasta creo que le puedo seguir cayendo un poco mal.

Aunque pensándolo bien... No no es imposible.

-- Lo siento... Es que estaba molesto, sé que no es tu culpa... --

—Está bien, no importa. Ahora... ¿Por qué tiraste tus peluches a la calle? — Río un poco— Disculpa que lo diga pero no iban a irse muy lejos, sólo los tiraste al patio.

No estaba de ánimos para reír, sólo me encogí de brazos retándole importancia.

—Ok Ok no fue gracioso— Hizo un tierno mohín— Fue molesto— Se cruzó de brazos "molesto", se veía realmente adorable tratando de molestarse.

Una sonrisa se escapó de mis labios sin querer y enseguida tapé mi rostro con la almohada apenado.

—A veces es bueno sonreír Wookjin— Quitó la almohada y me regaló la más linda sonrisa que jamás haya visto. Me sonrojé por instinto al saber que esa sonrisa la provoque yo, pues como verán, casi nunca sucede que yo logre hacerlo sonreír.

—Vamos, ríe— Lo miré extrañado, pero luego al verlo abalanzarse sobre mí y llenarme de cosquillas; hizo que me retorciera queriendo explotar en carcajadas— Jajaja cómo es que aguantas tanto.

En un movimiento ágil de mi parte, pude zafarme de su ataque para llenarlo de cosquillas a él también. Los dos terminamos cayendo al suelo por el desorden que teníamos, él entre risas y yo aún más rojo de querer reír sin parar.

—Jajaja basta Wookjin— Él estaba tirado medio cuerpo en el suelo y sus piernas aún en la cama, no sé cómo pasó, pero de repente dio un giro inesperado que no lo vi llegar y me acorraló debajo de él para poder hacerme cosquillas a mí.

Ya no aguantaba más, ya no.

—Jajaja H-hyung p-pare por favor— Hablé mientras me retorcía en el suelo con las mejillas muy pero muy rojizas, hasta que él por la impresión de haberme escuchado, paró.

Me tenía acorralado en el suelo, él estaba encima de mí y no es por pensar mal, pero sentía perfectamente su miembro en el mío.

(Mente sana Jung Wookjin Mente sana Mente sana)

—Dijiste algo...— Musitó sorprendido mientras su boca se hallaba ligeramente semi abierta; sin bajarse aún de mí.

Lo miré fijamente a los ojos al igual que él a mí, pues realmente no sé si quería hablar más... Y menos con él.

—Tu voz es hermosa y tierna— Sonrió un poco, parecía embobado por tan sólo haberme oído hablar.

En estos momentos no pensaba en lo que estaba haciendo, mi corazón estaba tomando el control de mí, por lo que me llevó a seguir contestando:

—U-usted es hermoso— Se me escapó nuevamente unas palabras, pero no le di importancia y seguí observándolo como si nada, olvidando todo enojo que había acumulado para tan sólo contemplar de aquel chico que se había robado mi corazón sin importarme que me haya tratado a tan mal.

Como dicen, uno no elige de quién enamorarse.

Él se sonrojó por naturaleza y miró mis labios al igual que yo los de él. En estos momentos no me pregunten quién es Wookjin porque ni yo mismo sé que estoy haciendo con mi vida.

Realmente no me reconozco.

Lentamente éste se fue acercando a mí y yo sin pensarlo, subí mis manos rodeando su cuello. Estábamos a sólo a unos 3 centímetros de que nos nuestros labios hicieran contacto por lo que Jisung fue el primero en tomar el control. Cerré mis ojos automáticamente pues éste cortó el pequeño espacio sobrante que nos separaban en un sonoro beso; y no satisfecho con haberme probado, volvió a juntar nuestros labios, pero esta vez se fue intensificando en un beso bastante húmedo dejándome llevar por su dulce sabor y aquel amor que sentía por Park Jisung.

La cosa es que no sé si lo estaba haciendo bien, jamás había besado de esta forma antes, y MENOS a un chico.

El beso se estaba volviendo cada vez más intenso y lo admito, lo estaba disfrutando. Éste con una mano acariciaba mi cabello ya alborotado, y con su otra libre, fue bajando lentamente entre el beso hasta llegar a levantar mi camiseta y dar algunas caricias por debajo de esta.

No sabía qué hacer, por alguna razón me gustaba que me tocara, pero por otra sentía mucho miedo de que pudiera pasar a algo más.

Jisung se separó saciado del beso y se quitó su suéter aventándolo a un lado dejándome totalmente confundido.

Confirmado, sí quería llegar a cierto punto. Le miré un poco intimidado, pues él quería quitar de mi camisa de pijama para dejarme al descubierto.

Cosa que no pasó porque un grito proveniente de afuera le hizo que parara.

—¡Sólo has lo que te dé la gana!

Mamá... Otra vez no...

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Nos leemos luego

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