Habían esperado un poquito más de una década para poder ver a una pequeña niña corriendo en su casa. Pensaban que sería fácil, pero todos sabemos que la vida de madres es complicada.
⬴ Segunda temporada de "Sweet or Cold"
⬴ Rosé alfa, Jennie omega...
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38 semanas de embarazo ¡Somi!
—¿Estas bien, Nini? —preguntó Roseanne.
Era la tercera vez que Jennie se quejaba de dolor en su zona lumbar. La omega tenía sus manos en cada lado de su espalda, sus ojos se cerraban cada vez que venía de nuevo el dolor, el cual parecía ir en aumento. Se sentó en la cama, intentando reposar para que el ardor fuera disminuyendo— Deben ser contracciones falsas, tranquila —pero el dolor se iba desplazando de la espalda hacia el abdomen, y luego yendo por su vientre. Cuando vino otra contracción, se quejó más alto, algo que hizo a la alfa preocuparse.
— ¿Segura que son contracciones falsas? —preguntó y Jennie asintió.
—En cinco días es la cesárea, Somi no se va a adelantar. ¿Cierto, pequeña? —le habló a su pancita. Pero lo que no sabían es que su hija era toda una rebelde.
—Deberíamos ir al hospital —Jennie la detuvo tomándolo de la mano.
—Confía en mí, es solo una falsa alar- ¡Mierda! —apretó el agarre, haciendo que Roseanne le doliera su brazo, pero no se quejó.
La rubia se sentó detrás de Jennie, acercándose lo más que pudo. Empezó a hacer leves masajes por la espalda de la omega, intentando relajarla.
La coreana aun confiando de que eran contracciones falsas y que podía controlarlo y la alfa pasando sus manos por la espalda de su esposa. Y así estuvieron dos horas, hasta que las contracciones iban cada quince minutos. Cuando iban cada diez minutos, se paró, apoyándose de un mueble de la habitación, mientras intentaba respirar profundamente. Se daba vueltas por la habitación esperando que el dolor pasara, sin éxito alguno. Y cuando las contracciones iban cada cinco minutos, se empezaron a alarmar.
Jennie respiraba profundamente. Entre una de sus tantas vueltas por la habitación, empezó a sentir un líquido bajando por sus piernas, y cuando miró al suelo vio un charco de un líquido transparente.
—R-Roseanne... —la mencionada miró el charco y luego a su esposa— Se rompió la fuente —Roseanne agrandó sus ojos, y todo lo que le había dicho Chen por si ocurría eso, se le olvidó completamente, quedando en blanco sin saber que hacer— ¡Por la mierda! —apretó entre sus manos las orillas del mueble frente a ella.
—¿Ahora si vamos al hospital? —si una mirada pudiera clavar varios cuchillos con solo mirarte, Roseanne tendría varios cortes en su cuerpo ya que la pelinegra la miró molesta y con cara de "¿Tú quecrees?"
—¡Claro que sí, Park, necesito ir al maldito hospital! —Roseanne corrió buscando las llaves del auto, las cuales no recordaba donde las había dejado. Tanto era el desespero y nerviosismo que ni cuenta se dio que estaban en la mesa del comedor, pasando de estas varias veces— ¡Maldición, Roseanne, apúrate!
—¡Las encontré! —las tomó entre sus manos. Regresó a la habitación donde Jennie se quejaba de dolor. Buscó la maleta, la colgó en su hombro y se acercó a la omega, ayudándola a caminar hacia la salida del departamento.