"Bienvenidos a su último año escolar de promoción" Estas eran las palabras de la directora, que nos recibía al inicio del final de esta etapa para muchos quizá memorable, pero para otros muy competitiva y decisiva. La mayoria de mis amigos ahora se concentraban en las futuras universidades donde postularían, otros ya se aseguraban la vida con academias de bachiller, pero por ahora durante el inicio de todo esto solo habían días de fiesta y relajo.
Era un día de otoño, un fin de semana y una reunion de amigos que se convirtió en pijamada, y al caer la noche se convirtió en una fiesta de adolescentes, un grupo de amigos con quienes había pasado los ultimos años en el colegio, y ahora nos encontrábamos en una pijamada que prometía una noche tranquila pero entretenida.
Por la tarde nos encontrábamos en la habitación de una de mis amigas, de quien oviamente era la casa donde estábamos haciendo tal pijamada, tal amiga tenía por nombre Camila, era muy simpática y le gustaba siempre caerle bien a los demás, y en cuanto a lo fisico era muy coqueta, bonita y de físico algo delgada, piel rojiza clara, de ojos marrones y cabello ondulado y oscuro, pecosa y con una sonrisa agradable, era "plana" como se diría, y por supuesto, sus coquetos pies los cuales detallaré más adelante.
Recuerdo que por aquel tiempo estaba muy de moda BTS (oviamente sigue de moda, pero me refiero a la época donde se convirtió en boom internacional), y ella tenía posters alrrededor de toda su habitación, se notaba como una gran fan de ellos, pero volviendo a tierra. Por la tarde todo transcurría normal, hasta que la noche cayó, y llegó la hora de cambiarse a pijama, muchos llevaban esas pijamas completas con capucha, como las del clasico dinosaurio verde, otras llevaban pijamas de pantalón largo y blusa delgada, y un detalle que era imposible pasar por alto eran los calcetines y las pantuflas o slaps de las chicas que se encontraban allí, era una auténtica fiesta de colores, pantuflas color rosado, amarillo, blanco y morado, todas con patrones o dibujitos de animales, y al subirnos a la cama, los calcetines modelaron de un lado para otro.
No habría forma precisa de describirlo, era un completo paraíso de pies y calcetines femeninos, mis impulsos por tocarlos y masajearlos eran gigantes, eso sin mencionar mis incontrolables ganas de quitarles los calcetines para descubrir sus pequeños pies. Éramos 4 chicas y 4 chicos en total, la mayoria de nosotros nos encontrábamos jugando videojuegos de consola mientras que el resto jugaba un juego de mesa, y mientras que ellos jugaban yo me escabullía por los rincones para apreciar los pies de las chicas por detrás, sin embargo, Camila para ese entonces aún no se había quitado las pantuflas, no quería incomodarla ni distraerla mucho del juego, así que disimuladamente mientras hablábamos todos a la vez, decidí preguntale.
"Oye porcierto, por que no te quitas las pantuflas?"
"La verdad es que tengo uun poco de frio" respondió con algo de prisa
Iba a ser algo extraño si continuaba insistiendo de manera constante, asi que simplemente la dejé en calma hasta que la oportunidad surga para poder observar sus calcetines, y así fué.
Llegó un punto en el que ella se acomodó sobre su cama, y lentamente deslizó sus pantuflas fuera de sus pies, cayendo al suelo, de forma que estos se escondieron sin querer por debajo de la cama, y ahí estaban, tentando por querer olerlos, yo los podía observar del otro lado de la cama por debajo, sin hacer ni un solo ruido me tumbé bajo la cama y me arrastré para tomar el par de pantuflas, sin que nadie se de cuenta, las acerqué a mi nariz, y un olor curiosamente dulce y nuevo inundó mi nariz, era como oler el perfume de una mujer, pero usado y combinado con la tela de la pantufla, se podría decir que son los zapatos menos apestosos que he olido en mi vida, ya que ni mal olor a pies tenian, todo lo contrario, eran un olor muy satisfactorio y agradable.
No recuerdo cuanto tiempo llevaba, quizá haya sido cuestion de segundos, y una vez que terminé, me escapé debajo disimuladamente, por suerte nadie noto mi ausencia.
Cayó las 12 de la medianoche, un horario medianamente temprano para una pijamada, nadie tenía sueño ni estaba lo suficientemente cansado como para caer dormido, pero una persona ya comenzaba a cerrar los ojos. Camila solia dormirse muy temprano todos los días, por lo que no estaba muy acostumbrada a dormirse un poco tarde de su horario, finalmente cayó en sueño a la 1 am mientras que el resto de nosotros nos sentamos en en suelo, contando historias y hablando cualquier tonteria.
Pero un detalle no podía pasar por alto, los calcetines que solía llevar ella eran disparejos, es decir, cada calcetin era diferente del otro, aún asi me seguian luciendo tiernos, y con mucha discresión decidí tomarles un par de fotos.
Ella ni se inmutaba, estaba por asi decirlo en un trance, con los ojos cerrados, y finalmente cayó dormida, tendida sobre la cama, yo tenía tantas ganas de tomar sus calcetines y descubrir sus pies, pero aún estaban mis amigos alrrededor mío, por ahora solo me conformaba con esa vista a tan solo centimetros de mí, de sus pies y sus calcetines que emanaban un olor a fragancia agradable.
Las chicas que se encontraban cerca de mi estaban sentadas cruzando sus piernas, de forma que sus pies apuntaban hacia mi, con mucho disimulo les pellizcaba y cosquilleaba en juego, algo que ellas oviamente se lo tomaron de forma divertida, aún asi se sentía muy exitante el poder tocarlos de forma sutil, y sentir sus pies bajo un par de calcetines que modelaban tiernamente en colores y patrones, pero sobretodo, olores.
Todo tranquilo por ese entonces, hasta que cayó poco más de las 3 am, muchos a duras penas lograban abrir los ojos con claridad, incluyendome, las luces poco a poco comenzaron a apagarse y los ronquidos leves empezaron a decorar el silencio de la noche, yo era de los ultimos en acurrucarse en su saco de dormir, y cuando parecia que la mañana estaba a punto de abrirse frente mis ojos, se escuchó una voz sutil y susurrante que me llamaba.
"Estas despierto?...." preguntaba Camila mientras se levantaba de su cama para ir al baño
"Ya me estaba durmiendo de hecho..." respondí con una voz relajada
Por alguna extraña razón, ella decidió quitarse los calcetines, dejándolos sobre la cama, y caminó descalza hacia la luz del baño que aún estaba encendida, cerró la puerta y se ocupó durante unos minutos, mientras que sus calcetines continuaban en su cama, inmediatamente los tomé y los comencé a oler, desprendían el mismo olor agradable de antes.
Después de unos minutos, la puerta del baño se abrió, casi al instante aparté los calcetines de mi nariz y los dejé nuevamente sobre la cama, estiré mis brazos para disimular un poco, mientras que ella solo caminaba descalza sobre el tapete de la habitación, hasta nuevamente llegar a su cama, donde volvió a caer dormida casi de golpe, esta vez sus pies descalzos quedaron tendidos a una corta vista de mi , mientras que la luz del baño, que aún continuaba encendida, aclaraba la vista hacia ellos, se apreciaba como sus dedos se movían sutilmente, su planta tersa modelaba bajo las sábanas, sus dedos super pequeños y coquetos, se arrugaban y se estiraban mientras ella respiraba profundamente.
Y así me quedé dormido, con una vista super linda de unos lindisimos pies femeninos. A la mañana siguiente fui uno de los ultimos en despertar, pocos quedaron dentro de la habitación, eran las 10 am, y casi todos estaban en el comedor desayunando, cuando me levanté lo primero que vi fueron los pies nuevamente de Camila, mi necesidad por tocarlos era cada vez más grande, hasta que mis impulsos se apoderaron de mi, me acerqué con mucha cautela para tocarlos con un cuidado extremo, presioné mi mano sobre su planta, se sentía algo fria pero muy suave, deslicé mi indice hacia sus dedos, estos se contrajeron inmediatamente, me detuve, pero no pasó absolutamente nada.
Acerqué mi nariz hacia su planta, y volví a oler esa fragancia tan exquisita que emanaba su cuerpo, esta vez el olor se combinó con un ligero aroma a pie sudado, pero seguía oliendo genial sin duda, luego de unos minutos me detuve y me dirigí hacia el comedor para desayunar.
Esta anecdota fue la ultima en darse en toda mi vida, ya que un año después de todo esto la pandemia nos sorprendió con un estado de emergencia y un periodo de cuarentena que se volvió eterna hasta ahora, es increible todo lo que ha llegado a suceder en todos estos años, personas que realmente me han llegado a entender en el tema, he conocido a personas que conparten cualidades conmigo, y eso realmente lo agradezco.
Se podría decir que esta es la última anécdota de todas, pero no es el ultimo capítulo, ya que haré una especie de recopilación o top entre todas estas chicas y sus pies, un resumen donde repasaremos sus anécdotas y sus hermosos pies.
*Gracias a todos por esta aventura, espero que hayan disfrutado todas estas anécdotas, dentro de unos días publicaré la recopilación de todos los pies repasados en esta historia, nos vemos!*
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Anécdotas de Pies
Non-FictionEsta historia se centra en compartir algunas de mis experiencias y anécdotas de mi vida sobre el fetichismo de pies. Advertencia: Historia centrada en el fetichismo de pies, no se recomienda leer la siguiente historia si eres susceptible al contenid...