La desgracia cayó en nuestro reino a causa obsesión de un ser apático que no sentía remordimiento y aplastaría al que consideraría pequeño para su propio beneficio. La triste simpleza de la definición de un tirano que no sabe razonar, ni ir en contra de su propia naturaleza.
En estos actos de cobardía absoluta, solo puede dar la ilusión de perdurar la desgracia absoluta. La batalla que adorno las calles con la sangre de alrededor de 700 víctimas, indistinguibles en edad y género. El impregno el pavimento con los restos de casi mil vidas en cuestión de horas.
Los cimientos del reino metropolitano, mostraban su interior, el esqueleto que sostenía el exterior de su grandeza, retratado como el símbolo de nuestro avance, de nuestro poder militar, burlado por la falta de planeación y no mantener el ojo fuera de nuestros límites territoriales, cometiendo el peor pecado que puedes brindarle a tu pueblo, la esperanza.
Veo las estructuras, y me doy cuenta de algo. La mayoría de los avances en estos reinos y sus progresos, no fue a base de tratados de paz, o avances en ingeniería como nos hicieron retratar con su exterior, sino con lágrimas. Con la ardua constancia que cobro miles de vidas con el paso del tiempo, al final, el exceso de sus decoraciones, y la manera ostentosa en la que representaban las figuras de honor y de paz, solo me dieron el resultado de un final repugnante, de que nuestra historia representa una verdad a medias.
Una verdad vergonzosa, que no puede morir por la evidencia de la ignorancia de este maldito reino. Que al final de que mis palabras sean anunciadas y los días borren el recuerdo del dolor agonizante de las vidas que no fueron tomadas en cuenta.
Que se vayan al carajo, malditos gobernantes de mierda. Bowser algún día me las pagaras—pensé con fulgor e ira —. Para que al final me vuelva a acercar al cuerpo irreconocible del que fue alguna vez el mejor amigo que pude tener este mundo.
...
1 semana después:
Sin duda alguna, uno de los peores días de mi vida, los padres de Alex residían en Mushroom city, pero no fue tan difícil contactarlos y de paso encontrar la dirección de su calle. Les Conte poco a poco sobre lo sucedido, pero ellos no pudieron sobrellevar la pérdida de su hijo, su madre casi se desmaya en el acto, y su padre... dios. Estuvo en estado de shock durante algunos segundos, solo para sacar una escopeta que servía como decoración de la casa, la cargo e intento salir de la casa, tuve que detenerlo con todas mis fuerzas para quitarle la escopeta cargada sin lastimarlo. Su dolor, sus llantos. Me quebré en las lágrimas que salían de sus cuerpos. Un dolor tan inconmensurable cómo perder a un hijo.
Ya para cuando empezó el funeral, hubo grandes cantidades de gente, tios. Primos y demás desconocidos que supondría eran familiares lejanos. cuando me toco despedirme, hice el mismo discurso mental que hice hace algunos días cuando miraba con repulsión el resultado del ataque hacia la ciudad y mis motivos por el cual sentía el repudio por aquellos que nos controlan y que no anticiparon el desenlace del momento.
El cuerpo irreconocible de mi amigo se transformó en cenizas que fueron entregadas a su familia, el legado de un buen hombre se convirtió en polvo introducido en un jarrón. Todo este contexto hacía que el asunto solo fuera delirante.
La familia de mi amigo me ofreció su ayuda, pero insistí en que no lo necesitaba, fuera de eso su padre me entrego su número, ya que él era un vendedor de armas, comúnmente para la cacería de pingüinos en el Cool Mountain, un reino apartado completamente de hielo y nieve.
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Viendo a través de tu estrella
Fanfictionun segundo fanfic dedicado para el lector, tendrá vida dentro del universo de Mario y sus personajes. La monotonía en el reino metropolitano ahoga nuestra mente, las maravillas fuera de los limites son un regalo que nadie nota, mira hacia abajo y v...