Michael observó a la giganta desvestirse frente a él. Estaba excitado, pero también un poco aterrorizado, porque lo que la giganta tenía en mente no era para nada un juego erótico que él también disfrutaría. Irene usó unos largos pantalones de látex que resaltaban aún más las sensuales formas de su cuerpo, por lo demás permaneció desnuda, sus grandes y firmes senos atrajeron la mirada del hombrecito Michael. Cuando Irene se acercó y se acercó al hombrecito, Michael todavía estaba fascinado por esa visión. Pero pronto se despertó, sobre todo cuando vio acercarse el pie inmenso de Irene. El hombrecito comenzó a gritar pero ya era demasiado tarde, la giganta lo deslizó entre la suela y el pantalón de látex que le cubría parcialmente el pie. El rostro de Michael se hundió en la piel suave y húmeda del pie de Irene, inhalando así la fuerte esencia de ese pie gigante. Michael trató de mover la cabeza, pero esto solo sirvió para recoger aún más el espeso sudor de la giganta. Esa tortura creada por Irene era un infierno.
ESTÁS LEYENDO
¡HISTORIAS CORTAS DE GIGANTAS!
Ciencia FicciónSon una serie de historias cortas relacionadas a las mujeres gigantes y fetichismos sobre pies y todo lo relacionada a ello.