Beatrice entró en la habitación e inmediatamente cerró la puerta. Aún le dolían los músculos por el duro entrenamiento en el gimnasio, su cuerpo estaba cubierto por una ligera capa de sudor espeso. En el escritorio de su habitación, sus dos mujeres diminutas la esperaban. Las dos pequeñas criaturas se congelaron de terror cuando Beatrice les sonrió. Las inmensas manos de la giganta se cerraron sobre ellas y las llevó como un niño con su juguete. "Hoy estoy muy cansada" dijo Beatrice "El entrenamiento fue muy duro. Pero sobre todo mis pies están muuuy sudorosos". Dicho esto, se quitó las zapatillas que llevaba puestas. Ese día Beatrice había decidido no usar calcetines, para que sus pies sudaran y olieran mal, para torturar aún mejor a las dos mujercitas. Beatrice arrojó a sus pies a las dos esclavas, inmediatamente fueron golpeadas por el terrible olor a sudor y queso que se cierne alrededor de los inmensos pies de su ama. Cada respiración estaba contaminada con ese hedor caliente y pesado, cada respiración les provocaba arcadas. "¿Qué está pasando? ¿No te gusta el olor de mis pies?" dijo la giganta "Lo siento, porque tendrás que soportarlo". Terminado, colocó sus gigantescos pies sobre ellas. Sus cuerpecitos se hundían en la piel cálida y sudorosa de las plantas de Beatrice, el sudor espeso los mojaba y el hedor terrible entraba aún con más fuerza en sus fosas nasales. Los enormes pies que las pisoteaban se movían y reptaban sobre ellas, esparciendo y manchando aún mejor ese repugnante sudor hediondo. Beatrice se reía de las cosquillas que las mujercitas le provocaban bajo las plantas de sus pies, pero sobre todo la emocionaba sentirse tan poderosa y tan dominante hacia aquellas dos esclavas.
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¡HISTORIAS CORTAS DE GIGANTAS!
Science FictionSon una serie de historias cortas relacionadas a las mujeres gigantes y fetichismos sobre pies y todo lo relacionada a ello.