𝐅 𝐢𝐭 𝐔𝐩

𝟎𝟏𝟐-𝐁𝐮𝐟𝐨́𝐧 𝐨 𝐩𝐫𝐢́𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞

Es extraño, el pensamiento de culpa, si nos lo ponemos a pensar a detalle, es importante sí, por lo general es lo que logra distinguir el bien del mal, pero al ser algo subjetivo es fácil de enredarse por lo tanto difícil de entender. Está atado a la moral de cada persona y, obviamente, a la de la sociedad también.
Y aunque deberían ir siempre de la mano, muchas veces chocan.
Los motivos, las vivencias, experiencias, logran que cada persona tenga un punto diferente, y se supone que la sociedad solo debería ver los hechos ¿no?
Pero no es así, si fuese así entonces sería objetivo, y por lo tanto imparcial, sabríamos perfectamente que está mal y que bien. Un tipo de adiestramiento mejor administrado.
Nadie se confundiría, y probablemente así todo sería un poco menos caótico.
De alguna manera sirve, el "funcionamiento objetivo de la sociedad" es eficiente en determinados casos, pero en algún punto se vuelve parcial. Y ahí todo se enreda, las personas se separan y muchas veces hay guerras.
Entonces aquellos que tiraron del hilo para que éste se enredase, los que presionaron y lanzaron a la miseria miles de personas, los que naturalmente son egoístas... ¿que hay de la culpa? ¿Los carcome? ¿Se dan cuenta que su inmoralidad? ¿Son conscientes de la crueldad? Podrían ayudar pero simplemente deciden no hacerlo porque su comodidad se vería afectada. Si todos se movieran un paso entonces muchas cosas cambiarían, todo sería mejor, muchas personas vivirían con dignidad. Pero una vez más esto no sería posible sin la incomodidad momentánea.
Entonces la respuesta final es "no".
No siente culpa, no sienten culpa aquellos crueles seres que usan las lágrimas de otros para satisfacer sus placeres.

Pero... entonces, si los que deberían sentirse mal... como si un cuchillo les atravesara la garganta, como si su estómago fuese disecado y sus tripas arrancadas, sin lágrimas suficientes para llorar y sin el derecho a hacerlo... no sienten esto, entonces, entonces, ¿por qué?
¿Por qué él sí?
¿Por qué?
¿Por qué siente esta tortura?
¿Por qué el debería ser el degollado cuando nada pasó a mayores?
¿Por qué sabiendo lo que está bien y lo que está mal está enredado como si fuera un títere?

— Probablemente creas que es tu culpa, pero no es realmente porque lo sientas...— otra vez...— No es tu culpa.
— Si lo repitieras lentamente, quizás...
— Es culpa de ellos
— ¿De quienes?
— De ellos, ¿no sabes quienes? Todos esos idiotas que tienen poder, que entremezclan y retuercen las cosas para crear una sociedad manipulable.
— ¿Poder, retorcer, sociedad?
— Sí, exactamente, así es, no los escuches, Kats.
— ¿Por qué?
— Te pudrirán el cerebro.
— No eres quien destila confianza.
— ¿Después de todo?
— ¿Después de qué...?— Suspiró, y volvió la vista a el bicolor.— No entiendo.
— No te marees, no lo pienses de más. Solo presta atención a lo que sucede... ¿Te beneficia?
— No lo sé...
— ¿Te satisface?
— Quizás.
— Entonces no lo dejes escapar, Kats. La única forma de ser poderoso y vivir en paz, es siendo egoísta.
— ¿Y qué hay del resto?
— ¿El resto? ¿Alguna vez un príncipe se inclinó ante un bufón? Kats, no seas el bufón.
— Tus metáforas no son graciosas.— El bicolor sonrió y depositó un beso en su frente desnuda.
— Eres lindo, aunque aún serás un bufón.
El rubio permaneció en silencio y miró su vaso con hielo a medio derretir.
El bicolor se movió sutilmente y volvió a servirle aquella dorada bebida que tanto le quemaba la garganta.
— ¿Como no ser más el bufón?— Tiro al aire la pregunta el rubio. El bicolor no contesto y los ojos carmesí del dirigieron a él.
— ¿Que te apetece hacer Justo ahora?
— ¿Ahora?— Preguntó algo desconcentrado, el medio pelirrojo asintió con sutileza y acarició de forma delicada la mejilla pecosa del más bajo.— Quiero...— Se detuvo, lo pensó, sus ojos se movían de un lugar a otro mientras el silencio reinaba y su corazón latía con rapidez.— Y-yo...— Su voz tembló, las mejillas se tiñeron de rojo hasta las orejas, mordió su propio labio y luego lo soltó lentamente, suspiró y prosiguió.— Bondage.
El heterocromático se sorprendió un poco ante la petición, pero enseguida la pícara sonrisa nació en sus labios.
— Ah Kats~— Canturreó apretando las mejillas ajenas alandolo hacia sí.— Si querías intentar algo como eso solo deberías haberlo dicho Justo en el momento.
— No quiero ser yo el que esté atado.— Exclamó sin miramientos de vergüenza. El otro se rio, meneó su cabeza de lado a lado, haciendo que su cabello tan peculiar se entremezclara sutilmente.
— No esta nada mal.— Presiono los labios de contrario y elevó su mentón hacia los labios ajenos.— Tu pequeño pervertido.— Sentenció, para lamer los labios ajenos lentamente y luego morderlos hasta hacerlos sangrar. Katsuki no lo detuvo, pero sus puños apretaron la camisa ajena.
— Tsk, molesto.— Se quejó.— Te dije que no hicieras.
— Me gusta como se te ve, es lasivo.— Sonrió rozando sus labios con toda la intención de volver a hacerlo.
— Siempre haces lo que quieres, eres un idiota.— Shōto se sonrojó con una sonrisa y el rubio retrocedió un poco.
— Ah, Katsuki, es verdad, es muy egoísta de mi parte ¿no?— Por alguna razón a Bakugō no le podía dan pero mala espina. El bicolor pasó sus falanges por entre sus hebras tirándolas hacia atrás y presionó para que quedaran así.— ¿Sería divertido para ti sí ahora hiciéramos lo que tú quieres? Después de todo no quiero que la persona que me gusta pierda su interés en mi.— Canturreo nuevamente.
Bakugō sintió como su corazón latía con fuerza y por primera vez tomó el mentón del ajeno y lo acercó a su rostro, de alguna manera le excitaba tener un poco de control sobre el otro, era nuevo y Shōto ya había hacho lo que quisiese durante mucho tiempo.
— Dime, Shōto, no quieres que pierda el interés pero no parece que quieras hacer realmente lo que yo quiero.— Sonrío, sonrió con superioridad, como no lo había estado haciendo desde hace mucho tiempo.
Era la primera vez que esa sonrisa se presentaba frente al bicolor, y para que mentir, se había evitado. Ese estupido rubio tenía coraje al tratarlo así sabiendo de lo que era capaz.
— Mejor vayamos a la habitación.— Dijo Bakugō parándose y acomodando su ropa.— No queremos que tu sobrina se despierte, ¿no?— Y esos ojos carmín que brillaban como el mismo infierno, solo lograron que el bicolor sonriera con malicia una vez más.

1210 palabras.

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Capitulo de regalo, por haber esperado un año... vuelvo a disculparme por eso, ser degligente no es lo mio. 

En el proximo capitulo va a haber +18 asi que ya saben si no quieren leerlo por x razon salteenlo. 

De cualquier modo todavía no lo escribí, así que no se ilusionen. No sé cuando lo subiré.

Voten y comenten que les pareció.

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Derechos reservados a los artistas de los dibujos.

🤍À bientôt~🤍