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Chica, tan pronto como lleguemos a casa.Sabes que vamos a joderlo, joderlo.
El lúgubre paisaje se admiraba desde su ventanal, aquellas nubes nocturnas que se veían entre las estrellas, acompañando a la luna llena algo azulada, brillando en todo su resplandor. En soledad oscura se encontraba el rubio cenizo mirando pensativo a aquellos luceros que hasta ahora solo parecían sumergirlo más en su incoherente mente.
Aquellos recuerdos que lo atormentaban, como si de su sombra se tratase lo perseguía y aquel sentimiento que apuñalaba su corazón constantemente en busca de sentido.Quería encontrar una explicación lógica, lo anhelaba más que nada en esos momentos. Pues, pese a sus barios intentos de olvidar aquella peculiar tarde su cabeza reproducía aquellas palabras como si de un disco rayado se tratase. Como lo había tocado, paseando sus manos rozantes por su abdomen mientas con su boca atrapaba los jadeos que querían escapar de su garganta. Esos besos a los que se hizo tan malditamente adicto, dulces y fríos, llenos de sentimientos incomprensibles que jamás podrían estar ligados a la lógica, porque no podían explicarse, él no podía explicarse. Era tan insensato y contradictorio, le susurraba al oído lo bello que era mientras lo tocaba como si quisiera ahorcarlo, como si quisiera que se doblegara ante sus ojos y pidiera de rodillas que le diera una noche. Como si fuese una puta. Lo tocaba de aquella manera, firme y para nada acomplejado por la vergüenza, jamás podrías ser un problema para alguien como él.
Paseo su largos falanges pálidos por sus mejillas, tomándolo del mentón para que no apartara la vista ni se corriera de los besos. Para que lo mirara a esos extraños ojos frívolos pero lujuriosos, sus pupilas dilatadas oscureciendo el peculiar turquesa del izquierdo y la mirada grisácea que ya no parecía tener sentido ni pudor. Le lamio los labios como si dijera que podía hacer lo que quisiera con él, porque con aquella mirada ya se lo había dicho, ya era suyo, ya había caído y para su desgracia o fortuna jamás saldría ni aunque el bicolor le concediera el permiso. Porque a partir de aquella mirada Bakugō Katsuki, el héroe novato con más prestigio, quien era temido por ruines criminales, deseaba más que nada que aquel muchacho, de mirada dispar y dudosa humanidad, lo tomara, le hiciera lo que quisiera, porque él así lo anhelaba, y el bicolor no necesitaba nada más, con un susurro ronco en su oreja mientras su entrepierna era acariciada con exagerada lentitud, oyó: "No queremos que la niña nos oiga ¿no, príncipe?"
Se burlaba de él, una vez más, y lo detestaba por ello.
¡Santo cielo! Aquel demonio con patas lo había escoltado a la salida mientras con una sonrisa picara le vociferaba un "Nos veremos pronto, no desesperes" cuando terminaba de cerrarle la puerta en la cara.
A pesar de sus maldiciones en la puerta principal de madera, esta no fue abierta de nuevo, y él, con una erección que el bicolor había creado, nuevamente, tuvo que resignarse a deshacerse del problema y volver con el resto de los héroes y civiles.
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𝐅 𝐢𝐭 𝐔𝐩
Fanfic• Llámame Daddy pero no soy padre, Hazme querer lamerlo como si fuera mantequilla, Yeah yeah, yeah yeah. [...] • Primero, me vas a encender, Entonces me vas a cabrear, Amo cómo te comportas. [...] • Sabes que vamos a joderlo, joderlo. Yeah, lo r...