𝟎𝟎𝟓-𝐑𝐚𝐦𝐞́

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Primero, me vas a encender,

Entonces me vas a cabrear,

Amo cómo te comportas.

El vapor desprendiéndose de esta, golpeándole la cara hasta que sus mejillas se pintaran de rosa y el tenue olor a hiervas que se le presentaba de manera monótona, evitaban que sus ojos se cruzaran con los ojos cafés de su padre, con su agradable ...

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El vapor desprendiéndose de esta, golpeándole la cara hasta que sus mejillas se pintaran de rosa y el tenue olor a hiervas que se le presentaba de manera monótona, evitaban que sus ojos se cruzaran con los ojos cafés de su padre, con su agradable sonrisa al verlo de vuelta.

El monologo de regaños se escuchaba en el fondo del ambiente siendo dirigido por su madre, y como una orquesta de tambores componiendo una melodía clásica, se hallaban las cacerolas siendo golpeadas sin cuidado al revolver la salsa que debía estar mareada de tal pasión al mezclar.

Katsuki estaba tratando de evadir su entorno y la culpa que aun acunaba su corazón.

No podía escapar, levantaría sospechas y solo se dejaría en evidencia.

Con los labios apretados miró los orbes detrás de los cristales, dedicándoles una seria mirada acompañada de un bufido.

— Sabe como cualquier otro té.— Sentenció viendo desaparecer la sonrisa que se remplazo rápidamente por una risa nasal.

— Es una lastima, creí que era más especial que eso.— Mencionó Masaru lejanamente decepcionado u ofendido.

— Te estafaron, no tiene nada nuevo.— Volvió a aclara dándole otro sorbo aun si se quemaba la lengua, creía que era una ligera forma de recompensarle a sus padres por mentirles descaradamente al no mencionar su error.— Aún así me agrada el olor. Huele a frambuesa y menta.— Habló viendo por entremedio de sus pestañas como su padre le sonreía de manera paternal. Se acercó lentamente a la taza olfateando el agradable olor y su cuerpo se destenso con levedad.— Es agradable.— Murmuró al ver a Masaru hacer la misma acción.

— Es cierto.— Aceptó cerrando los ojos mientras el olor fresco inundaba sus fosas nasales.— Tiene un aroma exquisito.

Un sonido afirmativo se desprendió de su boca, sin darle mucha importancia al momento de tragar nuevamente el colorado liquido caliente. Pues, su mente divagaba, de allí sus ideas se desconectaban y volvían a conectarse intentando darle forma a su nueva situación, a los acontecimientos inesperados en los que, pensó, nunca volvería a caer. Pero, volvió al inicio y se lamentaba el saber que aun con su desesperación y lastima le había gustado tanto como siempre.

Pues, para su martirio debía aceptar que era gay. Una decepción familiar, pero, a fin de cuentas jamás podría evitarlo por siempre. Le disgustaba, claro estaba en su mente, pero no podía resistirse. Le dolía, aún, pensar que si sus padres se enteraran lo mirarían de aquella oscura manera de nuevo, pero aunque intentó negarse, sus ojos siempre se dirigían hacia los pechos planos pero fornidos. Y podría asegurar, que aunque encontrara una mujer con esta característica, mientras no tuviera un pene entre las piernas, poco le interesaría.

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