𝟎𝟎𝟒-𝐂𝐮𝐥𝐩𝐚

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🍸
Loco, pero es genial porque ella es bonita.

Yeah, yeah, yeah, yeah

No del tipo que le traes a casa con mamá.

No del tipo que le traes a casa con mamá

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No podía creerlo. Aun cuando su cuerpo se encontraba desnudo sentado sobre su cama con una fina capa de sudor y la respiración agitada, no lograba asimilarlo.
Él, Bakugō Katsuki, no podía haber hecho lo que hizo.

¿Cómo fue que paso? ¿En que momento cayo tan bajo?
Era imposible, inaceptable.

Literalmente había dejado que un villano lo pusiera en cuatro, había rogado, había perdido todo tipo de respeto hacia sí mismo. Se había masturbado pensando en un hombre, un villano, uno que aun se encontraba del otro lado de la línea riéndose fríamente de él, de su desgracia, de su revelación.

- ¿Qué pasa, príncipe? ¿Tanto gemir te dejo sin voz?- Se burló el de mirada dispar logrando que en la garganta de Katsuki se formara un enorme nudo que le impedía hablar.

Había gemido por un hombre, había llamado a ese mismo "Daddy".

¡Maldición! ¡Se había corrido pensando en su cara de satisfacción al verlo tan humillado! En su maldita cicatriz y esos ojos frívolos que lograban que se rebaje.

¡¿Qué mierda le pasaba?!

¡No podía-! ¡Simplemente no podía ser posible! ¡Él jamás se dejaría humillar así! Y menos por algo tan insignificante como el placer carnal.

Con sus manos en sus hebras ceniza enredo sus falanges tironeando los rubios pechones con frustración.
Una angustia consumía su pecho cada vez que los pensamiento se centraban en lo recién ocurrido. La voz del otro lado del teléfono afirmándole que era una mierda, no lo ayudaba.

No lograba asimilarlo, no quería.

- ¡Ya cierra la puta boca!- Gritó con angustia el rubio logrando que los tortuosos comentarios pararan. Su pecho subía y bajaba con pesar, y las lagrimas en sus ojos eran atrapadas por la fuerza que aplicaban sus parpados. Su mandíbula estaba tensionada demostrando la frustración que sentía, y los sollozos eran ahogados en el nudo de su garganta logrando que creciera dolorosamente.

- Patético.- Vociferó el otro con desinterés y naturalidad.

- Que cierres la maldita boca.- Volvió a ordenar Katsuki con su voz rota.

- Entonces corta. Es una llamada, genio.- Obvió el de cicatriz logrando que Bakugō abriera los ojos y mirara con rechazo aquel aparato.- Si no quieres hablar entonces cuelga. No estoy aquí para ser un pañuelo de mocos y llanto.

Katsuki gruño sintiendo una nueva presión en su pecho.

¿Acaso esperaba otra cosa? Tal vez. No quería una charla motivacional o algo por el estilo, pero eso fue un poco cruel. Él había dejado que lo tocara, lo había escuchado gemir e hizo todo un escandalo cada vez que no le daba lo que quería ¿Era tan insignificante como para ser descartado con facilidad?

𝐅 𝐢𝐭 𝐔𝐩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora