vals de la muerte

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La vida de Uchiha Madara era una total mierda, hace apenas dos meses era el hombre más feliz del mundo y hoy...
Hoy estaba destrozado, dolido y miserable. Se pregunta entre sus constantes borracheras que había hecho para merecer tal desgracia, cuándo su mundo se convirtió en una total agonía.

Estaba escrito que pasarían el resto de sus vidas juntos. Su historia, su romance prometía un final feliz, el destino los ilusiono a ambos y el mismo destino se burló al final.

Las familias de ambos no podían esperar por la unión de los enamorados ya sea en un papel o ante Kami, era cuestión de dar el siguiente paso para unir sus vidas eternamente pues fueron hechos para estar juntos.

Pero como se mencionó antes el destino gusta de reírse de algunos.

A muy altas horas de la noche se observa nuevamente a un hombre; en un estado deplorable ya sea por el alcohol o por la tristeza, en aquel cementerio, estaba arrodillado frente a una tumba y en la lápida de dicha tumba el nombre de: Akiko. Madara deseaba haber muerto junto a su amada aquel día, en aquel accidente. En varias ocasiones intento quitarse la vida pero al final terminaba acobardado y decidió terminar su vida de la forma más lamentable, en alcohol.

Mientras recitaba el poema que le dedico en más de una ocasión (más bien balbuceando) y esperando a que su hermanito lo fuera a recoger, como siempre, no fue de percatarse de una presencia que se posicionó a su lado derecho.

Es peligroso estar aquí y más esta noche...

¡que le importa! _el Uchiha gruñe y trata de levantarse para ver al entrometido.

Te puedo ayudar si tú qu... _pero fue interrumpido por el azabache.

¡lárgate! No hay nadie... nadie que... que pueda ayudarme _las lágrimas aparecen de nuevo, queriendo empujar al sujeto o quizá golpearlo se tambalea.

Yo te puedo ayudar, _el tipo sostiene a Madara de las muñecas antes de que caiga_ puedo hacer que veas a Akiko nuevamente.

Madara se queda quieto, casi paralizado al escuchar aquellas palabras pero no fue la peor que experimento, no, lo peor fue ver aquellos ojos brillar como dos brazas ardientes, su corazón atormentado se acelera e intenta alejarse sin embargo se percato que el agarre del tipo sobre él era muy fuerte. El terror se apoderó por completo de su cuerpo ¿qué hacer? Sintió que su cuerpo le pertenecía nuevamente y se dio cuenta que el sujeto lo soltó y empezó a alejarse.

Si aceptas, vuelve a la misma hora y di mi nombre, _detuvo su andar por un momento_ Tobirama, mi nombre, dilo tres veces.

Desapareció en la oscuridad. Despertó de golpe en una habitación y cama blanca, estaba en el hospital, una enfermera que entró en ese momento le informo que fue llevado por una mujer. Su familia llegó al hospital para recogerlo, ya habían decidido internarlo en un centro de rehabilitación, Madara suplico que le dieran una oportunidad y cambiaría, así lo hizo no volvió a poner un pie en el cementerio o en algún bar, al menos por un par de días.

Sin embargo la curiosidad es más fuerte que la razón y las ganas de volver a ver a su amada Akiko fueron el impulso para ir al cementerio, analizó la situación, en todo caso talvez fue producto de su mente así que no hay nada que temer. Y si era real aprovecharía esta oportunidad.

Tobirama, Tobirama, Tobirama _apenas  llego al lecho de su amada pronunció aquel nombre, los segundos pasaron y Madara sentía que el corazón se le saldría del pecho.

Un minuto paso, llegó a sentirse tonto y desilusionado.

Tardaste en volver _Tobirama apareció ante él muy diferente a la vez pasada, recordaba que tenía el pelo negro y ahora lo tenía blanco.

MadaTobi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora